La declaración de la procesión cívica del 9 d´Octubre como Bien de Interés Cultural inmaterial suscitó ayer un intenso debate en el pleno del Consell Valencià de Cultura (CVC),una de las cuatro instituciones, junto con la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos y las universidades de Valencia y la Católica a los que la Conselleria de Cultura ha requerido informes.

El informe aprobado ayer por el Consell de Cultura apoya, por once votos a favor y seis en contra, más dos votos en blanco, la protección de la procesión pero sin incluir como elemento permanente la entrada de la Senyera en la Catedral y el Te Deum, una cuestión que deja abierta y a decisión de la voluntad del organizador, esto es, del Ayuntamiento de Valencia y la Generalitat. El informe, pese a los matices, apoya la idea del ayuntamiento y la Generalitat, gobernados por fuerzas de izquierdas, de excluir el paso por la Catedral de la procesión.

El informe del CVC no contempla el Te Deum como elemento fundamental de la procesión, al contrario de lo que ha hecho la Academia de Bellas Artes que considera que el paso por la catedral cuenta con «arraigo» probado y aconseja que se incluya en el recorrido. Faltan por conocer los informes de la Católica y de la Universitat de València. Este último será favorable a la protección BIC aunque está por ver en qué términos.

El dictamen del CVC, que no es vinculante, es un sí condicionado. Señala que la procesión cívica «reúne los requisitos históricos, tradicionales, folclóricos y simbólicos para ser BIC inmaterial» si bien apunta que ante la «diversidad de itinerarios y protocolos» a lo largo de su historia «parece razonable que el Ayuntamiento de Valencia y la Generalitat, que en estos momentos comparten actos y celebraciones, procedan a determinarlos, respetando cinco elementos permanentes y «característicos de la fiesta».

Estos requisitos son: la libre convocatoria por la corporación municipal; la salida de la Senyera del archivo, descenso por el balcón municipal y regreso en las mismas condiciones; el recorrido de la Real Senyera por las calles de la ciudad, acompañada por la corporación municipal, autoridades, representaciones y pueblo; el homenaje al rey don Jaime en la plaza de Alfonso el Magnánimo y, en quinto y último lugar, la interpretación de la Marcha de la Ciudad, del Himno Regional y del Himno Nacional de España.

Este fue, precisamente, uno de los puntos polémicos puesto que los consejeros Enric Lluch y Gloria Marcos entendían que lo acordado en la comisión de legado, donde se elaboró el informe, era que la música no sería un elemento fijo, sino variable Algo que el ponente del informe, el cronista oficial Francisco Pérez Puche, argumentó que no se acordó en esos términos si no como consta en el informe final, lo que provocó la protesta de Marcos.

Y es que el debate sobre la protección de la procesión ha generado división en el órgano consultivo. Pérez Puche mostró ayer sus reservas ante la idea de hacer BIC algo que definió como un «acto muy solemne pero un acto administrativo».

Pérez Puche añadió que se corre el riesgo de que el BIC acabe «fosilizando la fiesta» con la idea de ella que tiene el actual gobierno e impida introducir cambios en un futuro. De ahí la decisión de dejar el itinerario „y la entrada o no en la catedral„ abierto. En la comisión de Legado se llegaron a redactar tres conclusiones, un «sí», un «no razonado» y un «sí pero...», que es la que finalmente ha salido adelante y en la que se deja «libre capacidad de decisión de la corporación municipal» en el itinerario de la procesión. Se ha constatado que a lo largo de la historia ha habido elementos «variables» y que «no hay un año igual a otro», remachó Puche. De hecho este año, bajo el gobierno tripartito de Ribó, se han eliminado el Te Deum, los honores militares y el himno nacional.

El informe acompaña datos como que en el siglo XX se ha celebrado en 68 ocasiones la procesión y en 43 hubo Te Deum en la catedral. Puche destacó en este punto que «la celebración histórica se perdió y estamos hablando de la fiesta contemporánea».