La Delegación del Gobierno en la Comunitat Valenciana ha prohibido el disparo de fuegos artificiales que el Ayuntamiento de Valencia había programado para mañana por la noche, en el marco de la fiesta que por primera vez se ha organizado para despedir el año en el consistorio. El concejal de Fiestas y Cultura Popular, Pere Fuset, ha anunciado esta mañana la noticia y ha querido mostrar su enfado ante lo que considera una "decisión arbitraria e injusta" que obedece a una "revancha política" del Partido Popular.

Según ha explicado el concejal de Fiestas, a principios de esta semana el subdelegado del Gobierno, Juan Carlos Valderrama, notificó al consistorio esta resolución a pesar de que, según el consistorio, contaban con el visto bueno de los bomberos y un adecuado protocolo de seguridad. "Para nosotros la seguridad es un aspecto fundamental en esta fiesta", ha argumentado Fuset, que ha recriminado al Gobierno que no tiene sentido que no autoricen a Valencia y, en cambio, sí se de el visto bueno a un disparo muy similar que tendrá lugar mañana por la noche en la tradicional fiesta de fin de año de la Puerta del Sol en Madrid.

La Delegación del Gobierno niega que sea un capricho

Por su parte, el delegado del Gobierno en la Comunitat Valenciana, Juan Carlos Moragues, ha respondido asegurando que la decisión de no permitir un espectáculo pirotécnico desde la terraza del Ayuntamiento de Valencia "no es un capricho" sino que responde a "informes técnicos negativos".

En unas declaraciones facilitadas a los medios, Moragues argumenta la decisión en unos informes emitidos la semana pasada por el área de Industria y Energía de la Delegación y por Armas y Explosivos de la Guardia Civil. "La legislación vigente señala que el disparo del espectáculo debe estar a diez metros de distancia de cualquier edificio y a 25 metros del público", mientras que "en este caso, al lanzarse desde la terraza del Ayuntamiento, la distancia es de cero metros", ha precisado.