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Un domingo en la plaza

Un domingo en la plaza

Es domingo, alrededor de la una del mediodía. Trato de incorporarme para ver cómo un niño moldea un jarrón de barro al estilo tradicional, mientras el rodillo manchado da vueltas y vueltas alrededor de sus manos. El chaval parece divertirse y no importarle que una buena cantidad de gente centre su mirada en él.

Un poco más atrás, miembros de diferentes asociaciones tratan de explicar en su pequeño puesto el peligro del TTIP, o lo que es lo mismo, el tratado que parece nadie podrá evitar y favorecerá el libre comercio entre Estados Unidos y Europa, favoreciendo a la macroeconomía y debilitando al pequeño comercio. Además de la explicación, tratan de recoger firmas contra el acuerdo de los gigantes. Justo a su lado puedes hacerte con semillas de plantas autóctonas, con sus correspondientes folletos explicativos.

Enfrente, una larga cola accede al puesto que ofrece horchata y cerveza artesanal hecha con chufa, y esta original receta provoca mucha curiosidad. Me encuentro con un par de conocidos, y a pesar de que para mí la masificación empieza a convertirse en un inconveniente, me aseguran que un par de horas antes la cantidad de gente era aún mayor. Es complicado acceder a los puestos, pero se ve claramente cómo la actividad no cesa en el final de una mañana más que animada.

Por tercera vez desde el cambio de gobierno local, y bajo el lema «La Plaça per al poble», el consistorio ofrece una nueva experiencia piloto, una de tantas que en estos primeros meses está poniendo en marcha. La Plaza del Ayuntamiento vuelve a cerrarse al tráfico para, en esta ocasión, poner en marcha De L'horta a la Plaça, un mercado provisional y específico de producto ecológico, con la doble intención de acercar nuestra huerta al ciudadano y tratar de incentivar la venta de productos ecológicos de forma directa, sin mediadores ni comisionistas.

Abundan los puestos de verduras, pero no es lo único que encontramos. Más allá de la venta muchos aprovechan la ocasión para informar acerca de metodologías y conceptos, siempre relacionados con la huerta ecológica, a través de sus pequeñas empresas y asociaciones, ofreciendo cursos de formación teóricos y prácticos. Muchos visitantes caminan sujetando macetas en sus manos, y es que uno de los tenderetes que rotula en su frontal Apadrina un árbol regala plantas de La Devesa por El Día del Árbol.

Llama la atención la extraña disposición de los puestos, que provoca que la aglomeración de gente parezca aún mayor, y se convierte en una de las primeras cosas a tener en cuenta si se quiere pulir y consolidar la iniciativa. La estructura y colocación en espiral de los tenderetes dificulta el seguimiento y una circulación peatonal más natural.

Es un bonito domingo y la convocatoria ha sido un éxito. Cierto que el tiempo acompaña, en un clima que recuerda muy de cerca los primeros días de fallas, donde las temperaturas empiezan a permitirnos ciertas licencias a pesar de estar lejos todavía de los meses plácidos. En estas condiciones, salir a la calle en Valencia se convierte en una especie de liturgia para muchos. Por un rato, algo tan nuestro como la huerta y su entorno han sustituido a los whastapps, los dispositivos digitales y la tecnología que tanto nos domina en estos días. Es el poder y la magia de los mercados tradicionales potenciados a través de lo institucional. Los ciudadanos, con su gran respuesta, han pedido que esta iniciativa se consolide. Y muchos esperamos que así sea.

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