La Cabalgata del Convite incluye un momento único a lo largo del año: las campanas del Miguelete suenan al unísono y de forma manual. Un toque «más espectacular que musical» según descripción del propio Gremio de Campaneros. Se trata de un auténtico desafío a los sentidos puesto que, además, el concierto se puede escuchar en el interior del propio campanario. Basta con adquirir una entrada para subir a la torre (como hacen cientos de personas cada día) y penetrar en el campanario. El aforo es limitado y hay que seguir las indicaciones de los campaneros, que pasan, obviamente, por ocupar una determinada zona y no moverse de ella. Este año, los toques tendrán un carácter especial al volver a hacerlo con la totalidad de campanas en funcionamiento después de que el «Jaume» fuera restaurado tras la caída sufrida en diciembre de 2014.

A lo largo del fin de semana, los campaneros realizarán tres toques durante el sábado y nada menos que ocho sesiones el domingo, desde el «vol de l´Alba» de las siete y media de la mañana al «vol de la processó», cuando sale la Custodia desde la Catedral, recuperando sonidos que se escucharon docenas de generaciones atrás.