El Ciclo Integral del Agua colocará unas placas en los imbornales del centro histórico de Valencia para acabar con los malos olores, un problema grave en esta zona debido a la «mayor generación bacteriana» y un problema muy denunciado también por los miles de turistas que a diario recorren la zona monumental.

Según explicó el jefe del servicio, Antonio Llopis, hasta ahora la lucha contra los malos olores se llevaba a cabo poniendo imbornales con sifón o antiolores, pero su instalación era complicada y costosa. Este sistema, sin embargo, se coloca en apenas media horra. Según Llopis, se trata de un dispositivo de plástico que se pega con una resina a la parte que conecta la tubería con el imbornal y que cierra el agujero cuando está seco o la abre cuando recibe agua de pluviales o de otra procedencia.

Llopis explicó que las primeras 200 placas se colocarán este mismo año en la zona centro de la ciudad, que es donde más problemas hay en este sentido y es además uno de los espacios con mayor afluencia de público. Los turistas, precisamente, se han quejado de los malos olores de la ciudad, lo que da una imagen bastante negativa de la misma y preocupa al sector.

En el futuro, no obstante, la previsión del ayuntamiento es instalar este sistema en muchos otros lugares, priorizando aquellos en los que haya algún problema puntual o donde se produzcan más quejas de los vecinos.

Campaña de las toallitas

Antonio Llopis realizó este anunció durante la presentación de una campaña municipal para concienciar a la población sobre los problemas que generan las toallitas higiénicas arrojadas al inodoro. Según Vicent Sarrià, concejal del Ciclo Integral del Agua, se ven como una «cuestión inocente«, pero generan importantes atascos en las tuberías, bombas y rejas del sistema de saneamiento, lo que tiene importantes costes económicos y puede generar problemas de inundación en momentos intensos de lluvia.

Sarrià explicó que las ordenanzas municipales permiten poner sanciones a los vecinos por tirar toallitas al inodoro, pero admite que «es difícil localizar al infractor» y por tanto nunca se ha puesto una denuncia por este motivo.

En consecuencia, el nuevo equipo de Gobierno ha optado por trabajar en la concienciación ciudadana para acabar o minimizar este problema.

40 millones del colector norte

Por otro lado, Sarrià cifró en 40 millones de euros el coste de cubrir el último colector abierto que queda en Valencia, que es el tramo que va desde la Ciudad de las Artes y las Ciencias hasta la desembocadura del Turia. Según dijo, esta infraestructura está incluida en el Plan Hidrológico de Cuenca y por tanto el consistorio exigirá al Gobierno que la ejecute lo antes posible. Se trata, dijo, de un proyecto «prioritario» para el nuevo equipo de Gobierno porque acabará con los malos olores que hay en Nazaret y porque es vital para urbanizar el último tramo del antiguo cauce.