Los miles de caramelos amontonados y alineados de las vitrinas y la fachada de la tienda siempre la han distinguido de las demás. Emilia García cuenta que fue idea de su padre y que también se puso en práctica en la Casa de los Caramelos, que regentaba su hermano Vicente en la calle Xàtiva. «Al principio eran caramelos pero como se estropeaban mi padre tuvo la idea de envolver tacos de madera con papel de caramelo. Entonces se hacía a mano y como era tan caro se volvieron a colocar caramelos de verdad en las vitrinas», explicaba ayer Emilia. j. v. p. valencia