Botànic es un pueblo grande, con más de 6.500 habitantes. Pero de todos los «ensanches» de la ciudad, el cinturón que rodea las grandes vías y la ronda interior es el que más necesitado está de una revisión. Ayer se dio el primer paso de lo que van a ser seis meses de escuchar y movilizar para tratar de cambiar la cara a calles y plazas. Vecinos rodeando un croquis pintado en el asfalto que representa su contorno redondeó una matinal festiva dedicada a tomar conciencia de unidad.

«El Botànic es mou» es el nombre del proceso participativo que, promovido desde el ayuntamiento, pretende conocer necesidades y tomar decisiones, siempre delicadas, para tratar de mejorar la calidad de vida y no morir en el intento.

La Plaza de Rojas Clemente, el corazón del Botànic, fue el epicentro de la actividad. Allí, los concentrados y los que se encontraron con la fiesta, pudieron participar en actividades. Entre ellas, la más importante: un esbozo de las prioridades en lo bueno y en lo malo. Por ejemplo, ¿qué es lo que gusta? «El Jardín Botánico y el del Turia al lado», «ser un barrio céntrico, tranquilo y solidario», «el ambiente de barrio trabajador», «su gente». ¿Qué le gustaría? De todo: «un huerto urbano en el solar de jesuitas», «más accesibilidad», «más limpieza», «que todos fueran en bicicleta», «peatonalizar la plaza del Mercado», «más verde en mi calle», respondieron.

Y también escribieron los vecinos lo que no les gusta: «aceras llenas de coches», «andar entre coches», «aceras pequeñas», «suciedad», «un transformador eléctrico», «ruido», «la autopista de la Petxina».

Sobre todo, los coches. Porque ese va a ser el gran caballo de batalla. El concejal de movilidad, Giuseppe Grezzi, presente en el acto, destacaba ése como el gran objetivo. «Uno de los primeros objetivos es conocer la oferta y la demanda de plazas de aparcamiento en la calle», apuntó. Dicho de otra forma, responder a la demanda real y que la concentración automovilística no sea por aquellos que encuentran en estas calles el espacio para poder aparcar y dirigirse a los barrios vecinos, especialmente a un centro histórico que está a tiro de piedra.

El gran objeto de debate es la plaza de Rojas Clemente y su mercado municipal. Una plaza convertida en un simple aparcamiento. ¿No sería mejor un jardín que dinamizara la zona e invitara a entrar en el mercado y consumir? ¿Eso alejaría posibles clientes que no tendrían donde aparcar y entrar? ¿O el cliente del mercado es realmente del propio barrio? «Son preguntas que queremos conocer preguntando a los propios clientes», aseguró Grezzi.

Y los vendedores, por supuesto, reparten buenos pensamientos y temores. La presidenta de su asociación, Gabriela Álvarez, destacaba que «la opinión está dividida, pero lo importante es que estábamos olvidados y ahora se pone la lupa sobre nosotros. Obviamente, hay una necesidad de revitalizar y un proceso participativo es importante para saber de verdad qué quiere la gente». Álvarez se refería sobre todo a la plaza. «El mercado es, sobre todo, del barrio y es su corazón, que además quiere ser sostenible». Con la zona de carga y descarga solucionada, «hay que saber valorar pros y contras. Saber si, por ejemplo, los sábados sí que se viene adrede con el coche, si no? y todo pasador preguntar y saber», añadía.

El colectivo profesional «La Paisatgería» es el que promovió la actividad y uno de sus responsables, Gonzalo Fayos, hacía su particular diagnóstico. «El Botànic no es un ensanche al uso porque es un arrabal de la ciudad, que ya existía en parte antes de la actuación. No se planifica como, por ejemplo, Cirilo Amorós» y la consecuencia es un barrio más caótico en disposición, y ahora con mejoras por afrontar. «No hay ningún plan preconcebido, aunque la única prioridad, eso está claro, es ganar espacio para el ciudadano y sacar conclusiones sobre los aparcamientos». Hay 6.500 habitantes y 800 plazas en la calle, de las que 300 son zona azul y faltaría conocer los aparcamientos privados. Grezzi destacaba, como prioridades, «la mejora en aceras, la accesibilidad? pero escuchando a los vecinos».