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Cañas y barro

Bombas hidráulicas Gens

Bombas hidráulicas Gens

Cuando era pequeña tuve la experiencia de vivir en diferentes barrios de Valencia . Mis padres se cambiaron en un par de ocasiones de piso y ello me permitió crecer conociendo y disfrutando de diferentes calles , plazas y jardines de nuestra ciudad. Recuerdo con especial cariño el barrio de Tendetes y también el de Marxalenes , pues estuvimos unos años viviendo en la Avenida Burjassot. Por eso el otro día me alegré y mucho, cuando vi lo avanzadas que van las obras de la antigua fábrica de Bombas Hidráulicas Gens.

La fábrica de Bombas Gens posee un indudable valor histórico-social, ya que se trata de uno de los escasos ejemplos de arquitectura industrial de la década de 1930 que permanece en pie y el único vestigio de un antiguo barrio en el que han desaparecido la mayor parte de las viviendas originales. El edificio, cuya fachada se considera que supuso la entrada del «art decó» en Valencia, fue creado por Cayetano Borso di Carminati en 1930 para la que entonces era una importante industria del barrio de Marxalenes.

La fábrica ubicada en los números 54 y 56 de la Avenida de Burjassot estuvo activa hasta 1991, año en el que se cerró definitivamente. Desde entonces y debido a su completo abandono y falta de mantenimiento, comenzó un lento pero imparable deterioro de este complejo industrial que culminó con el incendio de una parte del conjunto en el año 2014 que afectó a gran parte de su estructura. Pero poco tiempo después cambió su destino, cuando fue adquirido por José Luis Soler que se enamoró de esta fábrica abandonada y la está recuperando para los valencianos con la complicidad de su familia, socios y amigos a través de la Fundació Per Amor a l'Art que preside, donde además en pocos meses convertirá este gran espacio en uno de los nuevos ejes de la vida cultural valenciana.

Una rehabilitación que ha permitido que hace unos días conociéramos el casual hallazgo de una bodega de finales del siglo XV o principios del XVI bajo la antigua fábrica. Cuál sería la sorpresa cuando advirtieron que bajo los muros de esta fábrica de estilo «art decó» se encontraba una estructura de casi 40 metros cuadrados con cerca de cinco siglos de antigüedad en perfecto estado.

Los valencianos tenemos mucho que agradecer a la Fundació Per Amor a l´Art y su implicación en esta ambiciosa iniciativa, un proyecto familiar en el que estoy segura hay mucha ilusión y mucho sentido de la responsabilidad. Con esta actuación no sólo va a mejorar el entorno del barrio de Marxalenes, el proyecto artístico que se instalará está avalado por Vicent Todolí, ex director del IVAM y de la Tate Modern Gallery en Londres pero también van a destinar recursos humanos y materiales para atender a los más necesitados, especialmente niños en situación de vulnerabilidad.

Así la antigua fábrica contará con un centro de investigación para enfermedades raras, centrado especialmente en la enfermedad de Wilson. Además de un centro de día e integración para niños y adolescentes de la ciudad. Y parece ser que también , con la nueva sede del restaurante gastronómico de Ricard Camarena.

Desde luego con esta impresionante e importante intervención se refuerza la identidad internacional de Valencia, como ciudad que potencia la creatividad, el arte, la solidaridad y la gastronomía.

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