La Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) no tiene previsto atender la petición del Ayuntamiento de Valencia (aseguran no haber recibido demanda alguna desde la Conselleria de Medio Ambiente) para realizar una aportación de agua mínima de 8,1 hectómetros cúbicos (hm3) a l'Albufera que permita recuperar el nivel de la «perellonà», la máxima cota de inundación del lago entre octubre y enero.

Fuentes oficiales del organismo de cuenca explican a Levante-EMV que la bajada del nivel del agua «no es nueva y se produce todos los años por el desagüe en los campos de arroz y el llenado de los "tancats"» dedicados a la caza. Y añaden que durante el último año hidrológico (que finalizó el pasado 30 de septiembre) «l'Albufera ha recibido 235 hectómetros cúbicos (hm3)», un total de 25 hm3 más de «los 210 hm3 anuales previstos para el lago de l'Albufera en el Plan Hidrológico del Júcar».

Por ello, la entidad que depende del Ministerio de Medio Ambiente considera «precipitado que nos pidan un nuevo aporte de agua cuando prácticamente acaba de finalizar el año hidrológico. Sobre todo porque esa aportación de agua que se solicita puede afectar a derechos de terceros», explican fuentes de la CHJ en referencia a las concesiones previstas a los regantes.

El organismo de cuenca añade que la actual situación «no pasaría si los tancats se llenaran ordenadamente. Y sobre esta cuestión la autoridad competente es la Conselleria de Medio Ambiente». Por tanto, a la confederación no le parece «razonable» tener que resolver un problema „los bajos niveles de agua en el lago„ «por una gestión que no hemos realizado nosotros, porque el llenado de los 'tancats' no le corresponde a la Confederación Hidrográfica del Júcar, sino que debería estar regulado en el Plan rector de usos y gestión (PRUG) de l'Albufera».

Por tanto, concluyen fuentes del organismo de cuenca, «si el vaciado del lago se debe a una gestión inadecuada, no se puede exigir una mayor aportación porque eso es detraer agua a otros usuarios. Y la CHJ debe velar para que se cumplan los derechos de los regantes».