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Estrategia de ciudad

Nuevo plan económico veinte años después

La concejala Sandra Gómez se lanza a desarrollar una nueva estrategia para la ciudad dos décadas después de la que impulsó Unión Valenciana - Coinciden en el consenso y cambia el escenario

Una de las grandes obras que se marcaron hace 20 años fue la ampliación del aeropuerto de Manises. levante-emv

El equipo de gobierno del Ayuntamiento de Valencia se ha lanzado a la misión de debatir, diseñar y redactar un nuevo modelo económico que tenga el consenso general de la ciudad y que perdure en el tiempo más allá de gobernantes o legislaturas. Al frente de esa misión está la concejala de Desarrollo Económico, la socialista Sandra Gómez, empeñada en hacer un nuevo «relato» de la ciudad después de 24 años de gobierno del PP. Las bases, según dice, han de ser el consenso social, la sostenibilidad y la mirada metropolitana. Y los objetivos, proteger y aprovechar la huerta, fomentar la economía cultural y colaborativa y avanzar en innovación.

No es, sin embargo, la primera vez que en esta ciudad se hace un intento de ese tipo. Ya en los años noventa, el concejal de Unión Valenciana (UV) Társilo Piles impulsó un documento similar con el que el de ahora comparte filosofía, pero no escenarios. Además, esa parte de filosofía en la que ambos son coincidentes, no llegó finalmente a desarrollar al quedar en mayoría el Partido Popular y aflorar la política más personalista de Rita Barberá.

Aquel Plan Estratégico de Társilos Piles, impulsado en el año 1993 y aprobado en 1995, fue un plan de consenso, con participación de decenas de organizaciones y administraciones entre las que estaba la Generalitat del socialista Joan Lerma o la Diputación de la también socialista Clementina Ródenas, como el propio Piles se encarga de destacar. Y en su contenido había 50 medidas articuladas sobre siete ideas fuerza: una ciudad bien comunicada; mejor calidad ambiental; fomentar la cualificación de los sectores económicos; formación de profesionales; cohesionar la ciudad y su área metropolitana; y hacer una ciudad próspera, cultural y solidaria.

Ese proyecto, sin embargo, no llegó a desarrollarse en su totalidad. Cuando Piles salió del ayuntamiento por imposición electoral esas líneas estratégicas no tuvieron quien las defendiera. Es más, la empresa municipal encargada de gestionar el plan, Provalencia, fue disuelta y se pasó a un trabajo más de gobierno que de consenso general.

Todo lo más que se hizo en años posteriores fue presentar iniciativas para revisar o actualizar aquel documento de 1995. Una de ellas está fechada en 2004, cuando se creó el Centro de Estrategias y Desarrollo (CEyD) con la intención de refundar el plan. Y la otra es de 2008, cuando el ayuntamiento decidió contratar a una consultora para «definir un nuevo plan estratégico», en palabras del entonces primer teniente de alcalde, Alfonso Grau.

Se calcula que de aquel plan inicial, que tenía un horizonte de 15 o 20 años, se hizo la mitad, con obras importantes como el Palacio de Congresos, la ampliación del aeropuerto, la autovía de Madrid o el Parque de Cabecera. Pero muchas otras no. Entonces se pensaba por ejemplo en la viabilidad exclusiva del AVE a Barcelona, y se hizo el de Madrid. O se hablaba de la rehabilitación del centro histórico, y sigue entre manos. Y se quería hacer una ciudad verde, y se ha puesto en peligro la huerta.

La apuesta fue otra: la de los grandes eventos, que espoleados por la concesión de la Copa del América, llegaron a Valencia en forma de visita del Papa o Fórmula 1.

Cambio de rumbo

Como dice Sandra Gómez, se imponía, por tanto, hacer un nuevo «relato» de la ciudad, con una filosofía de consenso y sostenibilidad y con un nuevo escenario, el que presenta la ciudad veinte años después del aquel plan estratégico de Társilo Piles.

Y en eso se ha empeñado la concejala de Desarrollo Económico de Valencia. Como aquel otro, Gómez quiere que este plan tenga el consenso de toda la ciudad, de manera que acumule tal legitimidad que lo perpetúe en el tiempo.

El pasado 30 de noviembre ya se hicieron las primeras jornadas para señalar recursos y objetivos y el próximo año se realizará un gran congreso al que están invitadas todas las organizaciones políticas, económicas, vecinales y sociales de la ciudad.

Precisamente, ese es un elemento de coincidencia con el plan de hace veinte años, el consenso social, como lo son algunas líneas maestras en las que trabajar los próximos años, entre ellas el desarrollo conjunto de la ciudad y su área metropolitana o el avance hacia una economía sostenible.

Nuevos escenarios

Los escenarios, sin embargo, ya no son los mismos. Si entonces se hablaba en primer lugar de infraestructuras, concretamente, de una ciudad bien comunicada, ahora se habla del corredor mediterráneo o del acceso al puerto. Si antes se hablaba de la formación de los recursos humanos, ahora se habla de la juventud mejor preparada de la historia; y si entonces se hablaba de una ciudad solidaria, ahora, tras la dura crisis económica, esa condición se da por asumida.

Ahora los objetivos-recursos puestos en valor por la Universitat de Valencia, que trabaja conjuntamente con el Ayuntamiento en el impulso y elaboración del plan estratégico, son la huerta, el turismo, la economía cultural, el puerto, la innovación o el empleo azul», que tiene que ver con la explotación del litoral.

Según Sandra Gómez, se necesita «un documento que sirva como referente a futuros gobiernos, que pueda ser exigido por la sociedad si no se cumple», porque «los gobiernos son efímeros pero la ciudad es de todos y perdura en el tiempo».

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