Manuela Carmena adelantó ayer que negocia ya con el ministerio de Fomento «la modernización de la estación de trenes de Chamartín». La alcaldesa de Madrid, en una entrevista en TVE, englobó la actuación como «uno de los primeros pasos a dar una vez quede desatascada la Operación Chamartín». Un plan encallado más de dos décadas, llamado a transformar el norte de Madrid y que afecta a terrenos ferroviarios e industriales en desuso, cuyo propietario mayoritario es Adif. En noviembre se creó una comisión técnica en la que está Fomento, el consistorio madrileño y los promotores privados, y que se reúne todas las semanas para cerrar un conflicto urbanístico originado por las diferencias de criterio entre las administraciones implicadas y los numerosos escollos judiciales.
Mientras Madrid califica de «pieza esencial la actualización de Chamartín» y marca plazos no superiores a los seis meses para el proyecto, Valencia aguarda «sine die» la alternativa barata al Parque Central prometida en diciembre por los nuevos responsables del ministerio. Entre los retos que Joan Ribó se ha marcado para este 2017 que acaba de arrancar está el de avanzar en las infraestructuras que competen al gobierno. El alcalde apunta el Parque Central como uno de los grandes proyectos pendientes y en los que se pretende avanzar. «Es clave en el bienestar de los barrios separados históricamente por las vías del tren, como son Russafa y Malilla», incidía.
En ese sentido, Ribó ha pedido al nuevo ministro de Fomento, Iñigo de la Serna, «concreción» en las propuestas para abaratar las actuaciones previstas en la zona. «Una vez se concreten los números, el Ayuntamiento podría apoyarlas», advierte Ribó. «Valencia debe ser una ciudad amable con las personas, y por eso continuaremos en la brecha de un urbanismo que aporte calidad de vida a los barrios y una movilidad sostenible y más segura para todos sus vecinos», según Ribó. En materia de infraestructuras, Ribó no cesará en su empeño de reclamar al estado una respuesta acorde a la tercera capital española.
El edil de urbanismo, Vicent Sarrià, coincide con Ribó al pedir al gobierno que concrete de una vez por todas la reducción de inversiones, que el consistorio aceptaría siempre que el nuevo planteamiento «sea ejecutable». La última reunión de la comisión de seguimiento de la Sociedad Parque Central para el estudio de la alternativa «barata» celebrada en Madrid, el pasado 20 de diciembre, concluyó con un acuerdo para avanzar en una «solución mixta», aunque sin plazos, para una operación ferroviaria que la ciudad reivindica desde hace décadas. Los responsables de Adif presentaron un nuevo diseño para el canal ferroviario de acceso a un solo nivel y no a dos como estaba previsto, así como una nueva estación a un solo nivel y que con el aparcamiento ocuparían gran parte del subsuelo.
El ayuntamiento y la Generalitat defienden que se mantenga el diseño inicial de la Estación Central soterrada, intermodal, pasante y a dos niveles diseñada por César Portela. Ambas instituciones, la municipal y la autonómica, quieren que la infraestructura se soterre a dos niveles para evitar afecciones al planeamiento y al jardín y no dilatar más el proyecto con cambios en los proyectos de ejecución. Fomento, sin embargo, insiste en las «rebajas» para Valencia. La alternativa que planteó hace más de un año la anterior titular de Fomento, Ana Pastor, suponía una reducción de costes de 2.800 millones de euros hasta 1.426. Un ahorro modificado por de la Serna tras incluir en la última propuesta las estaciones de Tarongers y la avenida Aragón, eliminadas en su día por Pastor. El equipo de De la Serna ha cambiado también el trazado del canal de acceso para mantener de nuevo los cuatro rascacielos cuyas plusvalías iban destinadas al soterramiento y Pastor eliminaba.
