La Generalitat Valenciana se declaró ayer económicamente incapaz de poner en marcha la línea de metro T2 si no es con financiación estatal y fondos europeos. El presidente del Consell, Ximo Puig, y el alcalde de Valencia, Joan Ribó, repasaron los temas estrella que comparten ambas administraciones y Puig cifró en 130 millones el coste de las obras de la primera fase y puesta en funcionamiento de esta línea. Así pues, aseguró que «si no hay un compromiso del Gobierno de España, no lo vamos a poder hacer». Por lo que a ellos respecta, lo que están haciendo es negociar fondos comunitarios y ayudar «en la medida de nuestras posibilidades».

Tras el encuentro celebrado en el Ayuntamiento de Valencia, encuentro que ambos mandatarios se proponen repetir periódicamente, el presidente de la Generalitat lamentó que esta obra, en la que se han invertido ya 200 millones de euros, esté parada por la «falta de financiación y de planificación» del anterior gobierno del PP. Es, a su juico, «una de las barbaridades más enormes de gestión que ha hecho el Partido Popular en esta ciudad».

Ahora, por tanto, «se trata de buscar fórmulas para que no se vayan a la basura los 200 millones que se han gastado ya». Y «por eso necesitamos la inversión del estado, porque nosotros no podemos hacer frente a esas inversiones», añadió. Por su parte, el Consell está dispuesto a buscar otras soluciones y de ahí que se estén negociando fondos europeos, pero Puig insiste en la necesidad de fondos estatales, pues «el Gobierno ha invertido muy poco».

«Infrainversión»

En este sentido, el presidente de la Generalitat recordó que la Comunitat Valenciana y Valencia no solo tienen un problema de financiación, sino de «infrainversión». Según sus cálculos, en los últimos cuatro años el Gobierno central ha dejado de invertir en la Comunitat 2.000 millones de euros que les correspondían.

En este contexto, el alcalde, Joan Ribó, quiso poner la nota positiva y sacó a colación el desbloqueo del aparcamiento de la Plaza Ciudad de Brujas, una infraestructura que forma parte del complejo de la T2, pero que ha sido desgajado del mismo. Ribó recordó que el Ayuntamiento de Valencia ha comprado la obra por 11 millones de euros y se dispone a terminarla. Así mismo, recordó que existe un compromiso de la Generalitat Valenciana para urbanizar la plaza en superficie, compromiso que ratificó ayer el propio Ximo Puig recordando que este año ya figura en los presupuestos y que se ha convocado un concurso de ideas.

Puig y Ribó también hablaron del denominado Contrato programa para financiar el transporte metropolitano de Valencia. El presidente de la Generalitat recordó que ya está en marcha la creación de un ente metropolitano de transportes como pedía el Gobierno y que, por tanto, sería «prevaricación» no atender ahora las peticiones de Valencia, cuyos ciudadanos tienen los mismos derechos en cuanto a movilidad que los de las otras capitales españolas.

Tras el encuentro, el portavoz de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Valencia, Fernando Giner, aseguró que «Ribó y Puig tienen que dejar de echar balones fuera». «Su responsabilidad „dijo„ es gestionar y lo de ?España nos roba? no es excusa para todo. La T-2 es una infraestructura de la Generalitat y por tanto ésta debe finalizar las obras», añadió.

«Reunirse para decir que todo lo tiene que solucionar el gobierno no es ser responsable», dijo Giner, quien exigió que «Puig y Ribó se preocupen por el bienestar de los ciudadanos y dejen en un segundo plano sus disputas y equilibrios para conservar sus respectivos sillones».