La Lonja de la Seda, declarada Patrimonio de la Humanidad hace dos décadas, no tiene plan de emergencia y prevención de incendios. El que fue templo de los mercaderes y es joya del gótico civil no ha podido albergar precisamente por esta grave carencia una exposición de los tapices flamencos del Colegio del Patriarca que el pasado mes de diciembre regresaron a Valencia tras varios años en proceso de restauración en Madrid.
El Ayuntamiento de Valencia estuvo en negociaciones con los responsables de la exposición de los tapices, propiedad del Colegio del Patriarca, institución que atesora un importante patrimonio histórico y artístico, para organizar la presentación de los telares restaurados en el salón columnario de la Lonja, un enclave idóneo dada la vinculación de este edificio con la producción y el comercio de la seda, material con el que están fabricados los tapices. Todo una acicate dentro de las actividades y acciones que se han organizando en 2016 en la ciudad al hilo de la capitalidad de la Ruta de la Seda, una iniciativa auspiciada por la Unesco y la Organización Mundial de Turismo (OMT) para difundir el legado de esta milenaria ruta comercial y con ello el turismo sostenible.
La concejala de Cultura, Gloria Tello, explicó que se tuvo que anular esta exposición al no reunir el edificio, parte de cuya estructura está construida con madera, las condiciones de seguridad que se exigen. La ausencia de un plan de incendios en la Lonja, uno de los monumentos más visitados de la ciudad, es una de las múltiples carencias con las que se ha encontrado Tello en los museos y monumentos de gestión municipal. La concejalía ya ha encargado a los ingenieros y arquitectos del servicio que redacten el plan de evacuación y seguridad de la Lonja.
Los seis tapices del siglo XVI del Colegio del Patriarca han sido restaurados en la Real Fábrica de Tapices de Madrid, que lleva trabajando en ellos desde 2013. Cuatro de los seis lienzos „«La Gracia», «El pago del denario», «La Ira y la Pereza» y la «Contratación de los jornaleros»„ volvieron a Valencia el pasado mes de diciembre donde se presentaron al público en un acto al que asistió el presidente de la Fundación Iberdrola, Manuel Marín, la entidad que ha restaurado y devuelto los colores a estos tapices de seda de grandes dimensiones. Los tapices flamencos, fechados entre 1500 y 1530 y donados por Juan de Ribera al colegio, pertenecen a la época de oro de esta industria. Las piezas estaban muy deterioradas por el humo de las velas de la iglesia y su exposición en procesiones del Corpus.
