El Mercado Central tramita ante el Ayuntamiento de València la construcción de un aula de cocina en los sótanos del edificio, un proyecto con el que se pretende difundir la cocina de mercado y potenciar las ventas de sus cerca de trescientos puestos. El proyecto se encuentra a falta de que el consistorio les ceda el espacio donde se pretende construir y llega justo en el momento en que ambas partes negocian el convenio que debe regular la gestión del recinto para los próximos años.

Según ha explicado Francisco Dasí, presidente de la asociación de vendedores, el espacio elegido es el sótano del mercado, concretamente la parte que da a la puerta de la calle Calabazas. Allí ha estado durante años una máquina compactadora de residuos que, según él, nunca dio el resultado deseado y que entró en desuso hace tiempo.

Aunque durante años han estado reclamando al Ayuntamiento de València la retirada de esa máquina, no ha sido hasta hace unos meses cuando han recibido la autorización para ello. Y en ese lugar es donde se pretende instalar el aula.

Dasí explicó que ese espacio se compondría de una cocina completa y una sala con mesas donde poder asistir a clases. El objetivo, no obstante, es más amplio que organizar cursos, pues podría acoger eventos gastronómicos, presentaciones de productos etc., todo ello para potenciar la cocina de mercado y poner en valor los cerca de trescientos puestos del propio mercado, que es tanto como promocionar las ventas en un momento muy complejo para la institución y atraer nuevos clientes.

El lugar se considera ideal porque podría tener acceso por la calle Calabazas o por la propia plaza del Mercat, lo que le daría independencia y la máxima visibilidad exterior.

Dasí precisó que para visualizar esta nueva aula de cocina visitaron el mercado barcelonés de la Boquería, donde ya funcionan este tipo de servicios. Pero precisó que no se trata de encaminar el mercado hacia una galería gourmet donde el producto y el mercado de abastos vayan cediendo terreno ante la restauración, las degustaciones y la hostelería, sino de promocionar lo que ya existe.

El proyecto ya ha sido presentado a los servicios municipales y está a falta de que el Ayuntamiento de València, responsable de ese espacio en concreto, les dé el visto bueno para la instalación.

«Nosotros ya lo hemos dicho y estamos a la espera de que nos den el permiso, pero parece que las cosas van despacio», dijo Dasí, que no cree que el proceso de renovación del convenio de autogestión con el ayuntamiento, en el que ambas partes mantienen sus diferencias, esté afectando a este asunto.

Negociación del convenio

En este sentido, Francisco Dasí explicó que su propuesta es crear una comisión con presencia de los servicios jurídicos del Mercat y del consistorio para alcanzar un acuerdo sobre este asunto. El acuerdo actual es mantener la gestión de forma anual hasta un máximo de tres años y entre tanto buscar una solución definitiva, pues la nueva legislación estatal impide seguir adelante con la fórmula de autogestión que ha estado vigente en las últimas décadas.

De una manera o de otra, Dasi espera que el ayuntamiento les dé los permisos cuanto antes, pues el espacio donde quieren construir el aula de cocina «no vale para nada» tras la retirada de la máquina compactadora y el mercado necesita tener claro si puede seguir adelante con el proyecto para buscar posibles patrocinadores de este espacio gastronómico o llegar a acuerdos con algún cocinero de prestigio de la Comunitat que quiera ponerse al frente del mismo o colaborar en sus actividades.