«No nos parece de recibo que en julio y agosto se reduzca un servicio básico para la movilidad de los valencianos como es el autobús urbano de la EMT y el metro y el tranvía porque existe en la ciudad muchos vecinos y vecinas que tienen que ir a trabajar en ese periodo».

Con esta contundencia se refirió ayer la presidenta de la Federación de Vecinos, María José Broseta, sobre el inicio de los horarios de verano tanto en Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana (FGV), como en los autobuses de la EMT, lo que supone una reducción del servicio en ambos casos hasta el 31 de agosto y, en consecuencia, un aumento de las esperas en las paradas en una ciudad donde, según asegura, miles de usuarios siguen teniendo las mismas necesidades que en cualquier otro mes del año.

Así, en el caso de FGV, tal como consta en su página web, este ayer empezaba el llamado «servicio intermedio», que es el equivalente al que el resto del año se aplica un sábado, lo que implica una reducción del servicio del 22%.

En el caso de la Empresa Municipal de Transportes, según los horarios que aparecen fijados por temporadas en cada línea en su página web, se aprecia un aumento de las esperas considerable, especialmente en el mes de agosto.

Por ejemplo, la línea 8 (Porta de la Mar-Hospital La Fe), que en junio tenía fijada una frecuencia para días laborables de 7 a 10 minutos y de 11 a 15 minutos por las tardes y noches, pasa este mes a 8-15 y 15-20, respectivamente. Los sábados las frecuencias pasan de los 11 a 20 minutos de junio a los 15 a 18 minutos en julio y agosto.

Un 26 % menos de vehículos

De hecho, según ha averiguado la Federación a través de fuentes sindicales, de los 745 autobuses diarios que han circulado en junio , se baja a 675 en julio (un 10% menos) y a 554 en agosto (un 26% menos). Ante esta situación, Broseta ha solicitado que se mantengan las frecuencias al menos en las horas punta de entrada y salida del horario laboral.