En la calle de la Reina, en el mismo punto dónde hace más de un siglo el tranvía de València se detenía para que bajaran y subieran sus pasajeros, se encuentran ahora visibles los restos de los antiguos raíles que comunicaban el Cabanyal con el resto de barrios de la ciudad.

Las obras de reurbanización, que se pusieron en marcha en el Cabanyal a mediados de abril de este año, sacaron a la luz este antiguo pavimiento de finales del siglo XIX. El elevado coste que suponía recuperar los adoquines, además de la dificultad de la práctica, instó a continuar con las obras de reurbanización. Mientras, la antigua calzada se perdía bajo el actual pavimento. Sin embargo, para dejar testigo de los raíles que permitían el desplazamiento del tranvía, la concejalía de Desarrollo Urbano ha recuperado una de los tramos por los que transitaba el tranvía en la calle de la Reina.

A través de un cubrimiento de metacrilato, los vecinos del Cabanyal y cercanías pueden acercarse hasta la vitrina donde, bajo tierra, a menos de medio metro de profundidad, reaparece la «huella de la primera urbanización de la ciudad de València», explicó al Levante-EMV el gerente de la Sociedad Plan Cabanyal-Canyamelar, Vicent Gallart.

Un testimonio histórico

Un descubrimiento del que, como apuntó Gallart, se debe «dejar testimonio» por su tradición histórica. En 1890 el ingeniero de caminos Juan Bautista Gonsálvez Navarro puso en marcha un plan de reurbanización con el que pretendía perseverar la alineación de las calles. Los restos encontrados pertenecen, según una tesis doctoral titulada «El Cabanyal: lectura de las estructuras de la edificación. Ensayo tipológico residencial 1900-1936», al proyecto elaborado por Gonsálvez Navarro. El plan consistía en introducir alcantarillado, mejorar las acequias e instalar el adoquinado en el barrio. Justo en un momento crítico e inestable para el Poble Nou del Mar, dónde sucesivos incendios pusieron en peligro las barracas que comenzaron a sustituirse por viviendas de obra. Un plan de reurbanización que, después de más de 100 años, conecta con el mismo interés que tenía en mente el consistorio cuando, hará cuatro meses, decidió mejorar el pavimiento del Cabanyal y otras zonas como Russafa. La sorpresa llegó cuando arquitectos y urbanistas se interesaron por el adoquín que había resurgido al levantar el asfalto inicial. Estos colectivos animaron al concejal de Urbanismo, Vicent Sarrià, a mantener la pavimentación de piedra en lugar de ocultarla con las calzadas actuales, ya que los antiguos adoquines suponían una apuesta mucho más sostenible. La iniciativa se rechazó inmediatamente, porque el cambio de cota suponía realizar variaciones en el saneamiento, el cambio de alcantarillado, colectores o imbornales.

Como respuesta a esta demanda de recuperación del antiguo sistema de adoquines, el Ayuntamiento apostó finalmente por visibilizar parte de las antiguas vías. La muestra está ubicada en «una zona protegida de la calzada» dónde, como explicó Vicent Gallart, «era más fácil acondicionar el espacio, ya que se encuentra pegado a la acera». El consistorio seleccionó esta zona en un lado de la calle Reina sin conocer que en realidad, en ese punto exacto, años atrás, el tranvía se estacionaba durante unos segundos para permitir el tránsito entre unos viajeros y otros.

Lo que comenzó siendo un plan de reurbanización impulsado este año por la concejalía de Desarrollo Urbano se ha convertido finalmente en un «auténtico descubrimiento cultural», indicó el gerente de la Sociedad Plan Cabanyal-Canyamelar. La Concejalía de Patrimonio, consciente del valor ciudadano e histórico que tiene este pavimento, pretende reforzar este espacio, donde se muestran las antiguas vías.

La idea es instalar una placa explicativa», anticipó Gallart, con la que dar cuenta de las transformaciones que han sucedido en el plano urbanístico desde que pequeñas cabinas del tranvía transitaban por toda la ciudad a finales del siglo XIX . Este redescubrimiento de aquella pavimentación de la época de la Renaixença Valenciana da cuenta del interés por parte de los respectivos ayuntamientos; el del siglo XIX y el actual, por renovar la zona urbana.

La calle de la Reina, en pleno barrio del Cabanyal, es ahora un ejemplo de contraste cultural, próximo al pastiche. A un lado los vehículos transitan por encima del asfalto gris oscuro. Al otro, aún se conservan las antiguas vías y adoquines que, actualmente, se pueden visitar como una muestra que atesora más de 100 años de historia.