Ni el coche, ni la moto, ni el transporte público ni la bicicleta. El modo de desplazamiento más utilizado por los valencianos dentro del «cap i casal» es ir a pie. En más de la mitad de los movimientos diarios los protagonistas son los viandantes, a pesar de que muchas veces la calle parece una carrera de obstáculos para los peatones. Con el fin de favorecer la principal manera de transitar por la ciudad, el Ayuntamiento de València ha pintado en los dos últimos años un total de 218 nuevos pasos de cebra en los diferentes barrios y admite que el servicio de Mobilitat Sostenible muchas veces no da abasto para atender las numerosas peticiones que recibe.
Para favorecer los desplazamientos peatonales, el área que dirige Giuseppe Grezzi cambió el criterio para la colocación de pasos para viandantes. Si hasta ahora se apostaba por retranquearlos en muchas calles, en busca de una supuesta mayor seguridad, la nueva política de movilidad apuesta por hacer trayectos lo más rectos posibles. Es decir, que el peatón no deba desplazarse de su camino -siempre y cuando se garantice su seguridad- y pueda continuar con su itinerario habitual sin cambios en la trayectoria. Se hizo por ejemplo en calles como Arzobispo Mayoral o el cruce de la avenida de Blasco Ibáñez y la calle del Cardenal Benlloch.
Otro aspecto importante fue el de proteger a los viandantes en los pasos de peatones evitando pintar plazas de aparcamiento de coches junto a ellos. En su lugar se ha aprovechado en muchos lugares para señalizar plazas para motocicletas -menos voluminosas- o aparcabicis. Un ejemplo claro lo encontramos en gran parte del Anell Ciclista.
El ayuntamiento crea nuevos pasos de peatones cuando tiene peticiones peatonales, sugerencias de distintos servicios -Policía Local, Urbanismo, etc- o por iniciativa propia, en aquellos lugares donde cree que mejorará el desplazamiento de viandantes, por ejemplo, el que se instaló junto a la iglesia de San Agustín o frente al colegio Cervantes. Otros se han pintado con motivo de las reordenaciones de tráfico llevadas a cabo, como en Vara de Quart, Malilla o la avenida de las Gaviotas en El Perellonet.
Llama la atención que la mayoría de los 218 nuevos pasos de peatones se han pintado sin que haga falta regular con semáforos el cruce. En total, solo hay 10 nuevas intersecciones con luces led. En 2016 se llevaron a cabo la mayor parte de intervenciones, aunque en 2017 ya se superan las 60 nuevas señalizaciones.
«Favorecer la movilidad peatonal es esencial para sea sostenible, de ahí que en estos dos primeros años de mandato se hayan implementado y resituado tantos. Había que recuperar el tiempo perdido. No obstante, aún quedan muchos por hacer, ya que tradicionalmente en València el diseño urbano se había realizado sacrificando la comodidad de los peatones», recuerda el concejal Giuseppe Grezzi.
