Arroceros, organizaciones agrarias, sindicatos de riego de Cullera y Sueca y hasta el mismo ayuntamiento cullerense han hecho un frente común para plantar cara a una posible prohibición de quemar la paja del arroz. La Ribera Baixa lo tiene claro, si no se permite quemar la paja sobrante de la siega del arroz habrá movilizaciones, como ya avanzó Levante-EMV. A estas protestas se suma el Ayuntamiento de Cullera, que ya fue uno de los que se movilizaron en 2016 para solicitar que se permitiese la quema de la paja hasta que se encuentren soluciones alternativas que no afecten a los arroceros.

El alcalde de Cullera, el socialista Jordi Mayor, mantiene que, hoy por hoy, la única opción para eliminar la paja del arroz es la quema. Mayor ya lideró en 2016 la cruzada de los partidarios de esta práctica para que el Consell la autorizara. Este año ha vuelto a lograr que el pleno apoyara una propuesta en esa línea sin que por ahora haya llegado el permiso. «Los arroceros no tienen alternativa y cuando se les dice que no pueden hacer una cosa hay que presentarles otra opción mejor; si eso no se produce, alguien está haciendo las cosas mal», incide el alcalde. Jordi Mayor subraya que si la autorización existiera «ahora mismo, en el término de Cullera, ya se podrían estar realizando quemas controladas con un menor impacto para las poblaciones del parque natural».