El Govern de la Nau sacó ayer adelante las ordenanzas fiscales del año que viene con dos ideas básicas: la congelación total de los impuestos y la entrada en vigor de https://www.levante-emv.com/valencia/2017/09/15/congelacion-impuestos-nueva-tasa-grandes/1615404.html que grava las conducciones de luz, gas, agua e hidrocarburos, es decir, a las grandes compañías eléctricas y gasísticas. La propuesta, sin embargo, no tuvo el apoyo de los grupos de la oposición, que optaron por la abstención o el rechazo. El PP exigió directamente una bajada de impuestos del 3%, lo que representaría una pérdida de siete millones de euros para las arcas municipales. Ciudadanos, por su parte, pidió que se recuperaran las bonificaciones a las familias numerosas o se bajara el IBI a los establecimientos a los que se les subió en 2016 por superar los 250.000 euros catastrales. «Nuestra política no es de bajar impuestos», zanjó, frente a todos ellos, el concejal Ramón Vilar.

En realidad, pese a ser el tema estrella del día, los impuestos municipales no generaron un gran enfrentamiento entre el gobierno y la oposición. Ante una congelación total de los recibos y una única novedad dirigida a gravar a las grandes compañías, se habló mas de modelos globales que del detalle de las ordenanzas fiscales.

El portavoz de Ciudadanos, Fernando Giner, recordó que el primer año del Govern de la Nau se redujeron las bonificaciones a las familias numerosas y el segundo año se aumentó el IBI a los grandes establecimientos comerciales, así pues, pidió que se anulen esas subidas y se preguntó por las ayudas que supuestamente se iban a dar a los comerciantes. «No se ha hecho nada», dijo.

Cambio del modelo fiscal

Eusebio Monzó, portavoz del PP, pidió, por su parte, un cambio del modelo fiscal. «Su política de subir impuestos es totalmente equivocada, porque le sobran recursos y no saben qué hacer con ellos», dijo. Además, el Gobierno ha permitido incorporar al presupuesto los 40 millones del remanente de tesorería y la partida de inversiones sube ya a 150 millones este año, lo que significa, a su juicio, que el escaso 23% de ejecución presupuestaria es aún menor ahora.

Con esas premisas, Monzó cree que hay que cambiar el rumbo y bajar impuestos. Concretamente, propuso una reducción lineal del 3% a todos los ciudadanos, lo que representarían 7 millones de euros. «Dicen ustedes que han congelado impuestos, pero yo diría que los ciudadanos están asados a impuestos, así que ahora es el momento de que tengan el dinero en los bolsillos, aumente el consumo y el PIB», resumió.

«Nosotros nunca dijimos que veníamos a bajar impuestos, pero tampoco los hemos subido», respondió el concejal de Hacienda, Ramón Vilar, quien precisó que su política impositiva es de redistribución de las cargas para ayudar a los que menos tienen y que paguen más los más afortunados en ese sentido.

El edil puso como ejemplo la tasa de terrazas, que se subió a 400 locales del centro de la ciudad y se bajó a 3.000 de la periferia. Y algo similar ocurrió con el impuesto de vehículos, que grava a las grandes cilindradas y compensa a las pequeñas y a los modelos más ecológicos. Citó, incluso, la subida del IBI a los grandes establecimientos comerciales, que «afectó a poco más de mil recibos de entre 600.000 que hay en la ciudad».

«Nuestra ideología es redistribuir la la riqueza y si hay alguien que no puede pagar, tiene la posibilidad del aplazamiento o el fraccionamiento», reiteró Vilar.

Comercios abocados al cierre

En la réplica, Giner denunció que hay pequeños comercios que puedan verse abocados al cierre y recodó que la mejor política redistributiva es ejecutar las inversiones previstas, cosa que, a su juicio, no se está haciendo. Y Monzó le espetó a Vilar que el único impuesto redistributivo es el IRPF, no los impuestos municipales. «Eso es en macroeconomía, pero en la microeconomía nosotros aprovechamos las pocas opciones que tenemos», respondió Vilar. «A ustedes lo que les sabe mal -continuó el concejal de Hacienda- es que congelemos impuestos y tasas, porque eso les rompe su discurso de la izquierda confiscatoria que esquilma los bolsillos de los ciudadanos».