Veinte minutos escasos duró la asamblea de presidentes de noviembre. Es cierto que ni el orden del día se prestaba a que pasara nada extraordinario, pero también es cierto que el parlamento fallero parece haberse tomado una tregua desde que la normalidad regresó al foro parlamentario.

De hecho, fueron pocos los puntos en los que se expresaron quejas. Uno de ellos fue el presidente de Barraca-Espadán, cuya demarcación es una de las afectadas por las obras de urbanización en el Cabanyal, que puede propiciar la necesidad de cambiar de sitio la carpa. Pero más importante incluso que la posibilidad de tener que moverla de Barraca a Pintor Ferrandis era el hecho de que, según explicó, «se nos ha comunicado desde la concejalía que las que afectan al transporte público sólo se pueden montar a partir del 9 de marzo». Es decir, el viernes, lo que significa que, en un día, se tendría que montar y adecentar para celebrar actos. «Montar una carpa no es un capricho. Es una necesidad. Los falleros no cabemos en el casal. Si una calle está cerrada durante un mes por obras, no pasa nada por permitirnos instalarla el día 8». También se quejó de que aún no se han recibido los permisos. Después vendrán los problemas». El edil aseguró que «hay tes fallas afectadas en el Cabanyal y esperamos daros una respuesta después de las consultas que haremos a bomberos». También se recordó la necesidad de que las fallas obtengan el Certificado de Entidad para poder llevar a cabo trámites entre instituciones. «Hay que prepararse porque en el ayuntamiento somos flexibles, pero hay otras administraciones sí que lo reclaman».