La puesta en marcha de la Autoridad Metropolitana del Transporte, el organismo autónomo creado hace un año por la Generalitat para impulsar la movilidad sostenible en los municipios del área metropolitana, avanza a medio gas. De los 60 municipios que componen el área metropolitana solo una veintena se han adscrito a este consorcio, del que se espera que ponga en marcha proyectos como la tarifa única y dote a los ciudadanos de un transporte «digno y de calidad».

La consellera de Obras Públicas, Mª José Salvador, y el alcalde de València, Joan Ribó, firmaron ayer la adhesión del «cap i casal» al consorcio metropolitano. Salvador aseguró que la adhesión de València «es clave» y confió en que «poco a poco se vayan incorporando el resto» de municipios. La Autoridad Metropolitana del Transporte, a la que la Generalitat dotó de una presupuesto de 14 millones para este año, todavía no tiene personal (según anunció Salvador, se va a «trasvasar» al personal de la extinta Agencia de Movilidad) ni ha recibido la financiación del Estado que sí llega a otras grandes capitales como Barcelona y Madrid.

El «cap i casal» tendrá cinco consejeros en el máximo órgano de decisión de la Autoridad del Transporte, al frente de la cual se ha puesto a la economista y experta en evaluación de políticas públicas de transporte. Ribó aseguró ayer que el ayuntamiento no tiene compromisos económicos con la Autorida en la cual estará representado a través de la EMT como operador. Ribó aseguró que en una ciudad donde cada día entran 150.000 y 200.000 vehículos de los pueblos del área metropolitana, la mayoría con un solo ocupante, «es imprenscindible la movilidad sostenible» y esta « no puede gestionarse sin una estrategia metropolitana».

Para el PP en el Ayuntamiento de València la adhesión de València a la Autoridad del Transporte es «!una cortina de humo» y «una nueva burla a los ciudadanos al carecer de operatividad alguna».