La Generalitat Valenciana explora las posibilidades de que la Barcelona World Race pudiera recalar en València, tras la suspensión de la próxima edición en la ciudad condal por la inestabilidad política en Cataluña. El tema estuvo sobre la mesa el pasado jueves, nada más trascender la noticia de la cancelación de la prueba ante la dificultad para encontrar patrocinadores. Aunque no se ha planteado aún ninguna negociación al respecto, tampoco se descarta siempre que ello suponga una oportunidad para València. En cualquier caso, Vicent Marzá, conseller de Cultura, Educación y Deportes, recordaba que el evento internacional solo podría salir desde aguas valencianas «si este es sostenible».
Marzá incidía también en el necesario «retorno social para el entorno», como ya ocurrió con la Volvo Ocean Race de Alicante, donde se articuló un intenso programa deportivo y cultural alrededor de la competición náutica. El máximo responsable autonómico de Deportes, además, hacia hincapié en que no sea imprescindible una inversión millonaria en infraestructuras, como ocurrió en el pasado con otros eventos deportivos que ahora lastran las arcas autonómicas.
Marzá sí dejaba claro ayer que aunque pueda existir un interés por parte del Consell, nunca entrarían en una puja con otras ciudades. «Si la sociedad muestra interés por la prueba nos los plantearíamos», manifestaba, para advertir que en todo caso tendrían que ir de la mano las tres administraciones, Generalitat, Ayuntamiento de València y Diputació de València, como ha ocurrido con la Copa Davis. Otras fuentes del gobierno valenciano consultadas por Levante-EMV se mostraban más reacias a organizar la Barcelona World Race, por entender que ya tienen una cita similar como es la de Alicante, y que consideran de mayor importancia a nivel de competición.
Las conversaciones entre el Consell y los organizadores del evento náutico quedarían para después de Semana Santa, aunque fuentes conocedoras del tema abogaban ayer por la prudencia. «Es una cuestión muy difusa aún», advertían, ya que la salida de la regata estaba prevista para enero de 2019. El torneo, que se disputa cada cuatro años, requiere de una altísima financiación, de ahí la cautela de las instituciones valencianas. El presupuesto global previsto para la prueba era de 10 millones de euros, el más bajo de su historia, puesto que el nuevo modelo organizativo preveía financiarse completamente con unos patrocinadores que cuentan con importantes desgravaciones fiscales al tratarse de un acontecimiento declarado de interés público por el Gobierno. Sin embargo, según el comunicado de la organización, esas desgravaciones no estarían garantizadas por un cambio de criterio de Hacienda, algo que ahuyenta el patrocinio.
La Barcelona World Race está organizada por el patronato de la Fundación Navegación Oceánica de Barcelona (FNOB), constituido por el Ayuntamiento, la Cámara de Comercio, el Puerto de Barcelona y la Fira de Barcelona, en una iniciativa propia.
La teniente de alcalde del Ayuntamiento de València y concejala de Turismo, Sandra Gómez, no ocultaba ayer el enorme interés que encierra la posibilidad de recuperar para València la Barcelona World Race. «Obviamente se trata de una oportunidad para posicionar la ciudad a nivel turístico», señalaba, aunque apostaba por ser precavidos. «Todo lo que no implique una financiación alta y repercuta en los ciudadanos es bien visto en principio», argumentaba, en la línea defendida por Marzá.
En sus anteriores ediciones, la competición deportiva de Barcelona se complementó también con un completo programa de actividades educativas y científicas para la ciudadanía, con lo cual se cumpliría una de las condiciones apuntadas desde el Consell. Las infraestructuras, en principio, estarían ya teniendo en cuenta la inversión que se realizó en la Marina para la Copa del América de 2007. El capítulo de la financiación sería el punto más espinoso, ya que Generalitat y Ayuntamiento solo apostarán por eventos que no impliquen asumir pérdidas o deudas si estas se produjeran.
