El presidente de la Generalitat, el socialista Ximo Puig, y el alcalde de València, Joan Ribó, dieron pistas ayer de cuáles serán las exigencias al nuevo Gobierno «amigo» presidido por el socialista Pedro Sánchez que se formará tras la moción de censura a Mariano Rajoy.

La principal demanda de la ciudad es la condonación de toda o gran parte de la deuda de más de 400 millones de euros del ICO que lastra la Marina de València.

Ximo Puig fue tajante en este punto al asegurar, tras la presentación de la candidatura de València para albergar el Web Summit, que «el Gobierno debe, de una vez por todas, asumir su responsabilidad con la Marina» de València.

«Queremos ser un poco razonables pero como ha dicho el presidente, estos temas hay que abordarlos de una vez por todas», remachó, por su parte, Joan Ribó, quien manifestó su preocupación por el pase de la deuda de la marina con el Santander a un fondo norteamericano.

El alcalde aseguró que había que esperar a conocer la formación del nuevo Gobierno. «No tenemos ni Gobierno», destacó Ribó, quien aludió a los problemas con la justicia del representante del Gobierno en el Consorcio, Enrique Fernández Moya.

Confió en todo caso en que las relaciones con el nuevo Gobierno sean más fluidas y «no vuelvan a tardar dos años» en aprobar la convocatoria del consejo rector» del Consorcio València 2007.

Ribó comparó la deuda de la marina por las obras de la Copa del América con la de Feria Valencia, con la diferencia de que en el segundo caso el avalista fue la Generalitat y no el Estado. Todos, en el caso de la Feria, han contribuido para resolver la situación, y «en la marina debe ser igual».

A preguntas de los periodistas, Ribó destacó que hay reivindicaciones que se van a mantener o retomar, como es el caso del proyecto de la ampliación de la V-21 que pese a estar ya licitado, el alcalde de València pedirá que se reconsidere para minimizar en lo posible el daño a la huerta. «El gobierno debe entender que la huerta es un paisaje especial y se puede reducir el impacto de esta obra en un 50%». Ribó también mantendrá su rechazo a la ampliación de la V-30, otro proyecto reactivado por el anterior ministro.

Puig y Ribó hicieron estas declaraciones tras la presentación de la candidatura de València a albergar el Web Summit, una macroconferencia sobre nuevas tecnologías que los gobiernos autonómico y local quieren traer a València y para la que buscarán también el apoyo estatal.

El presidente de la Generalitat explicó que en Madrid ahora «hay una mejor atmósfera que debemos aprovechar para respirar mejor». Puig no apretará en su nivel de exigencia pero tampoco bajará el tono. Las exigencias «son las mismas», recalcó. «No hay ningún cambio de posición por parte de las instituciones valencianas respecto al Gobierno», apostilló.

Presupuestos decepcionantes

El presidente, que ha calificado de «decepcionantes» para los valencianos los presupuestos del Estado, aludió también al plan de infraestructuras que presentaron al anterior ministro de Fomento, Iñigo de la Serna, quien mostró buena predisposición pero y en el que «se ha avanzado poco».

El Corredor Mediterráneo y la red de Cercanías seguirán siendo exigencias, como también la financiación del FLA para que no sea una «línea caprichosa», la retirada de algunos recursos de inconstitucionalidad contra leyes valencianas como la de Salud Universal. Puig aseguró en alusión a Cataluña que el nuevo Gobierno tendrá que «reposicionar a España en Europa».