El caos en el tráfico y el ruido de una máquina excavadora en la marginal derecha del río, a la altura del Pont de Fusta, son la banda sonora de este verano en el corazón de València.

La renovación de una tubería centenaria para mejorar el suministro del agua potable a Ciutat Vella y al sector norte de la ciudad es la causante del gran atasco que se formó ayer, esencialmente en horas puntas, en la calle Blanquerías y vías cercanas como la avenida Pio XII y desde el Nuevo Mestalla hasta la Gran Vía Fernando el Católico.

Hay solo un carril operativo hasta final de agosto para los vehículos de trasporte público, residentes y trabajadores de la zona en la arteria de la capital valenciana que circunscribe la intensa zona de paso de las Torres de Serranos.

Esta calzada solo será accesible al resto de ciudadanos desde las 7 hasta las 11 de la mañana, un horario que indica el intervalo en el que se realiza el servicio de carga y descarga para proveer a los comercios locales.

A partir de las 11 de la mañana, en el inicio del túnel del Passeig de la Petxina se sitúa un control policial para verificar el paso de los residentes y el transporte público.

Los coches que no pueden circular se desvían a la Avenida Mestre Rodrigo en el primer corte de Petxina o, en el otro sentido, a la Avenida Pérez Galdós. En el segundo control, el tráfico se dirige hacia Pío XII y, a la altura del Pont de les Glories Valencianes, hacia la Gran Via Fernando el Católico.

La excavación afecta a los tramos de la muralla medieval y musulmana de València, un hecho que podría alargar el colapso del tráfico a causa de las obras.