El nuevo planeamiento urbanístico del Grao, un sector estratégico para la conexión del Jardín del Turia y la avenida de Francia con la fachada marítima de València, liquida definitivamente el circuito de Fórmula 1, una infraestructura millonaria (casi 100 millones de euros), símbolo de la política de grandes eventos del gobierno de Francisco Camps, que todavía no se ha terminado de pagar.
El Govern de la Nau encargó hace más de un año al despacho del arquitecto José María Tomás la reformulación del plan parcial del Grao para ajustarlo al nuevo modelo de urbanismo sostenible. Tomás y Remedios Vicens acaban de presentar al concejal de Desarollo Urbano, Vicent Sarrià, el nuevo plan, que elimina por completo el circuito por ser «incompatible» con el parque. La integración de la sinuosa trama del circuito de carreras como parte de las avenidas y calles del Grao justificó en su momento la inversión en la F1, que se recuperaría vía cargas urbanísticas en el PAI del Grao. Al final ni una cosa ni otra. El plan que ahora maneja el Govern de la Nau, en manos de Compromís, PSPV y València en Comú, renuncia definitivamente a reutilizar el trazado en el nuevo barrio, el primero proyectado bajo criterios de sostenibilidad ambiental y pensando en los efectos del cambio climático, donde se da prioridad al peatón y las secciones de las avenidas para el tráfico pierden anchura (la prolongación de la Alameda y de la avenida de Francia tendrán un máximo de dos carriles por sentido).
El sector del Grao es un ámbito de 380.000 metros cuadrados, de los 328.000 (el 85%) será espacio público (jardines, parques y dotaciones aún por definir). El planeamiento renuncia a los canales de agua que se proyectaron inicialmente pero no al delta verde. Casi la mitad de ese espacio de uso público (en concreto,161.000 m2) se destinará a jardines. Será, con 16 hectáreas de zona verde, una extensión mayor que la primera fase del Parque Central (11 hectáreas) solo superada por el Jardín del Turia. Precisamente en el plan del Grao se incluirá como carga el desarrollo del tramo final del Jardín del Turia.
Para liberar espacio público y zonas verdes, el planeamiento opta por la edificación en altura. El plan prevé 20 torres y 2.550 viviendas y contempla un rascacielos de 150 metros (45 alturas) que marcará un nuevo hito en el «skyline» al convertirse en el más alto de la ciudad. Esta torre se destinará a uso comercial y hotelero.
El nuevo plan del Grao resuelve el problema de las vias ferroviarias que cruzan el ámbito e impiden la conexión del Jardín del Turia y a avenida de Francia con el frente marítimo. Entretanto se resuelve la prolongación del túnel ferroviario, los urbanistas plantean salvar las vías mediante terraplenes ajardinados sobre el cajón ferroviario, una propuesta que debe recibir luz verde de Fomento y que ya se ha llevado a cabo como solución para salvar infraestructuras viarias como es el caso de los túneles de Madrid Río, el gran parque urbano construido sobre los túneles de la M-30.
