«Ser valenciano y ser valenciana quiere decir dos cosas: que somos gente diversa que amamos nuestra tierra y nuestra ciudad; y también que reivindicamos donde haga falta todo aquello que es imprescindible para poder continuar desarrollándonos». Esta es la proclama con la que el alcalde, Joan Ribó, presidió ayer el traslado de la Senyera desde el Museo Histórico Municipal hasta el Salón de Cristal. Allí se dieron cita buena parte de los miembros de la corporación municipal de todo tipo de colores. Como máximo representante del gobierno municipal, Ribó se refirió a València como «una ciudad que apuesta por la pluralidad, una ciudad hecha por gente muy diversa, tanto por los nacidos aquí, como por miles de valencianos y valencianas que han venido a vivir y a trabajar aquí» y defendió el carácter reivindicativo de la jornada «para exigir de manera unida y con fuerza aquellas acciones e iniciativas necesarias para continuar nuestro desarrollo», refiriéndose con ello a aspectos como las infraestructuras ferroviarias, el soterramiento de las vías en la ciudad, tanto o la financiación del transporte público por parte del Estado.

Sandra Gómez, apeló a su propio «orgullo como valenciana por ser la portadora de la Senyera este 9 d'Octubre» y quiso lanzar un mensaje de convivencia: «el carácter cívico ha de presidir la convocatoria y ha de lanzar un mensaje bien claro: es un día de reivindicar la unidad y la identidad del pueblo valenciano ».

Orgullo y civismo fueron aspectos en los que también destacó el portavoz popular, Eusebio Monzó, pero con un añadido: recordar la ausencia de la Senyera en el Te Deum de la Catedral. «Cuando vuelva a gobernar el Partido Popular en el Ayuntamiento y en la Generalitat impulsara una modificación del Bien de Interés Cultural, que protege la procesión cívica, para que incluya la entrada de la Senyera en la catedral y la celebración de un Te Deum». Según Monzó en esta fecha se conmemora «la fundación del Reino cristiano de Valencia, un día en que, según nuestra historia, el Rey Jaume I celebró un Te Deum, en lo que hoy es la catedral, y nos otorgó a los valencianos nuestra Real Senyera»