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El consumo de cocaína se duplica en dos años y València sube en el ránking europeo

La concentración de restos en aguas residuales revela que el consumo se dispara el fin de semana y que el éxtasis vuelve a crecer

Las alcantarillas ofrecen una metáfora perfecta: allí se esconden los pecados de una sociedad. A veces se utiliza en sentido metafórico; otras ocasiones, allí acaban, en sentido estricto, los malos hábitos. El Observatorio Europeo de las Drogas y la Toxicomanía, dependiente de la UE y con sede en Lisboa, lleva casi una década estudiando las aguas residuales de decenas de capitales europeas para arrojar luz sobre el consumo de estupefacientes.

A diferencia de las personas, la orina no engaña. Para obtener sus conclusiones, los técnicos del observatorio europeo obtienen muestras de una fuente de aguas residuales, por ejemplo, un conducto que lleva esas aguas a una depuradora. De esta forma, los científicos pueden calcular la cantidad de drogas consumidas por una comunidad midiendo los niveles de drogas ilegales y sus metabolitos excretados en la orina.

En el caso de València, se tomaron muestras de tres depuradoras durante una semana para obtener sus conclusiones. Y el consumo de cocaína se está disparando. Según los datos que acaba de publicar este organismo, la presencia de esta sustancia ha crecido casi un 125% desde 2016. Este pasado 2018 se detectó una media de 587,41 miligramos por cada mil personas al día.

El incremento de consumo, en realidad, ha sido constante en toda Europa. Si entre 2011 y 2015 «se observó una tendencia relativamente estable en el consumo de cocaína en la mayor parte de las ciudades», desde 2016 la tendencia ha ido en aumento, explica el informe hecho público este mes.

En este contexto, València escala posiciones en el ránking, pasando del puesto número 19 al octavo en dos años. En estos momentos, el listado lo lideran Bristol, Amsterdam y Zurich. Barcelona es la única española que supera a València.

En cuanto a los patrones de consumo dependiendo de los días de la semana, en València se dispara cuando llega el viernes. El fin de semana València escala hasta la séptima posición. Esos días el rastro de esta sustancia alcanza los 694,3 mg por 1.000 habitantes.

Castelló también aparece entre el ránking. Está en la vigesimoquinta posición, justo por detrás de Madrid, con 296,5 miligramos por día y 1.000 habitantes. En Castelló, curiosamente, el consumo es mayor entre semana.

Además de cocaína, este estudio que busca sustancias prohibidas en 73 capitales de 20 países, mide el rastro de anfetaminas, metanfetaminas y MDMA. En estos casos, la problemática es menor. Los restos de metanfetamina, un psicoestimulante conocido como «cristal» y habitual en círculos nocturnos, se muestran estables respecto a años anteriores. Destaca su consumo en Alemania, Eslovaquia o República Checa. También cae en València el consumo de anfetaminas, habitual como uso recreativo y también por estudiantes o en gimnasios.

Lo que sí se ha duplicado es la presencia de MDMA, el estimulante conocido popularmente como «éxtasis» y que causó furor en València. Ha pasado en dos años de 6,9 miligramos diarios a 11,2 por 1.000 personas. Sobre todo en fin de semana. València, eso sí, ocupa la posición 53 en Europa, a años luz de Holanda, Suiza o Alemania.

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