Además del escenario montado en el Multiespai de la Punta desde el pasado miércoles, a las decenas de miles de estudiantes que acudieron ayer a las paellas les esperaba también algunos vecinos de la pedanía, entre ellos el presidente de la Asociación, Vicente Romeu. Con una hoja impresa en la que se podían leer los argumentos para el veto a las paellas en la pedanía (que el jueves publicaba el alcalde la ciudad de València Joan Ribó en sus redes sociales), Romeu insistía en que no estaba en contra de la celebración del evento, «porque en el festival hay empresas con una actividad lícita», pero sí de las molestias que este iba a suponer para el vecindario, la huerta y los comercios que allí se encuentran.

Los camiones, de hecho, no podían acceder para abastecer de productos a los almacenes, dado que la vía principal estaba cortada por la gran cantidad de gente que se dirigía al Multiespai de la Punta.

Por su parte, Vicente Romeu aseguró que si en 2015 se permitieron las paellas en el Multiespai fue porque les aseguraron que el festival daría beneficio a la pedanía. Sin embargo, reconoce que, pese a que algunas tiendas sí hacen «un poco más de caja», lo único que provocan es la «coartación de la libertad de movimiento». Por lo que, anunció, volverán a presentar un nuevo recurso ante el juzgado.

«Lo que no entiendo es por qué la Policía Local está aquí de pasmarote y sabiendo todo esto no ha precintado el recinto o ejecutar una orden», explicó entonces Romeu, quien confía en que será en el juzgado donde finalmente «se resolverá todo». Y acusó al consistorio de querer esperar a que se «llenase el espacio» de las paellas para decir entonces que «ya no se podían cancelar». «Luego les pondrán una multa de 300.000 euros», decía Vicente. Un valor que «poco les afecta», teniendo en cuenta el «beneficio bestial» que obtiene con el evento. El cual, al realizarse, no tiene ya ninguna obligación legal de devolver el dinero a los asistentes.