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Símbolo

Cultura encarga los estudios para tejer una nueva "senyera"

La concejala Gloria Tello acuerda con el programa Silknow la viabilidad de restaurar la enseña original y la copia de 1928 y elaborar una nueva para sacarla en la Procesión Cívica

Cultura encarga los estudios para tejer una nueva "senyera"

«El Ayuntamiento de València posee una bandera de gran valor simbólico, como es la Reial Senyera, la cual porta las armas de la Casa de Aragón acompañadas de la corona desplegada sobre campo azul otorgada por Pedro el Ceremonioso a la ciudad en 1364. El conjunto, tejido en seda, con bordados y recamados, pende de un mástil que se remata con un yelmo de plata cincelada, con corona de oro y un murciélago de alas explayadas de plata, hecho por el orfebre Simón de Toledo en 1638. Así mismo, el Ayuntamiento de València posee un facsimil de dicha bandera, elaborado en 1927-28 por Eduardo Sanchis Romero».

Dentro de pocos años pueden ser tres. Porque el ayuntamiento de València, a través de la concejala de cultura Gloria Tello, y el proyecto Siknow (Seda, Patrimonio en la Sociedad del Conocimiento), participado por la Universitat de València y otras nueve entidades y sufragado con fondos europeos, firmaron ayer un convenio para poner en marcha los estudios no sólo para rehabilitar la original, sino también la copia, que sale en procesión el 9 d'Octubre, y, lo que es más relevante, para la confección de una nueva réplica que preserve definitivamente la ya casi centenaria.

En el acuerdo se reconoce que «el estado de conservación de ambas banderas (original y primera copia) es preocupante, por lo que es conveniente para los intereses públicos que dentro del Proyecto Silknow se realicen una serie de estudios encaminados a adquirir una amplia base de conocimiento sobre la manufactura original de la pieza, incluyendo tanto los aspectos relacionados con la tejeduría, la analítica de componentes o los agentes de degradación, así como la comparación con los textiles coetáneos».

Con los datos en la mano «se podrá tomar la decisión, si así se resuelve, una nueva réplica con absoluta fidelidad al original y fijar las cautelas a considerar en adelante para su exhibición y manipulación». El proyecto no es largoplacista. El programa finaliza en dos años y las decisiones deben haber llegado antes. Después quedará la viabilidad económica (la nueva bandera deberá disponer de materia prima y técnicas lo más cercanas a la original).

¿Qué utilidad tendría la nueva bandera? La lógica dice que la del Siglo XXI sería la que se utilizaría para salir en la procesión cívica, que es donde puede sufrir más cualquier deterioro por la manipulación de la misma. Quedaría en tierra de nadie la de 1928, aunque, debidamente restaurada, podría ser la que se exhibiera, en el Salón de Cristal en vísperas del 9 d'Octubre.

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