Hace escasos días nos desayunábamos con la noticia de que Ribó quiere hacer un cordón dunar en la playa de la Malva-rosa, similar al de las playas de El Saler, al sur de la ciudad. Entiendo que cuando hablamos de dunas, no hablamos simplemente de una acumulación de arena que hace de barrera, actuando de pantalla. Eso sería una simplificación curiosa e impropia de quien tiene un verdadero proyecto medioambiental para nuestra ciudad, porque cuando se habla de València, además de una información básica, es necesario tener un modelo y visión de futuro. Señor Ribó, vamos a analizar su idea desde dos puntos de vista, por supuesto el ecológico, pero, también, el geoestratégico, relacionado con el desarrollo de una playa urbana.

Desde el punto de vista ecológico, un sistema dunar requiere del aporte de arena continental que, en este caso, es imposible por tratarse de una playa urbana. Lo que significa que si genera acumulaciones de arena en la Malva-rosa, aunque usted las llame dunas, nunca existirá una dinámica costera adecuada para su mantenimiento natural y lo único que conseguirá es incrementar, con un aporte extra de arena, una playa que ya de por sí crece cada año.

Desde un punto de vista político y geoestratégico me surge una pregunta: ¿Ha paseado usted alguna vez por la Malva-rosa un fin de semana? Los que sí lo hacemos, apreciamos la vista del mar, el poder sentarnos en una terraza y tener una visión marina. Verá usted señor alcalde, generar un sistema dunar no tiene sentido a no ser que se quiera cambiar la naturaleza de uso de la playa. Un sistema dunar es un sistema asociado a un proyecto de recuperación ambiental donde la duna es en sí misma genera un ecosistema rico en flora que afianza el asentamiento de la duna y la fauna autóctona. ¿Es eso en lo que queremos convertir la playa de la Malva-rosa?, ¿es eso lo que quiere la ciudadanía, una especie de parque natural con limitaciones de uso, en el que los juegos de pelota no sean bien vistos porque pueden afectar a la fauna o destrozar la flora?, ¿lo ha hablado con comerciantes, hosteleros y vecinos?, ¿qué modelo de playa quiere para el paseo marítimo?

Su planteamiento de protección del paseo es totalmente inconsistente, ¿cree que una ola de seis metros se va a detener por la aparición de unas dunas?, ¿ha visto lo que ha ocurrido en el Delta del Ebro? Su plan dunar no será una solución a los temporales, sino que será un aporte de arena extra, cuando se produzcan fuertes precipitaciones, a una playa con crecimiento continuo y a los barrios próximos cuando tengamos días con fuertes vientos. Una solución a medio y largo plazo requiere de un ejercicio de resilencia.

De darse cuenta de que el cambio climático está llamando a nuestras puertas y precisa de soluciones más complejas para poder adaptarnos. Señor alcalde, antes de proponer alteraciones para la playa de la Malva-rosa le sugiero que se replantee la resolución de cuestiones básicas como desarrollar sistemas de control de vertidos para evitar lo que, año tras año, ya está ocurriendo: el cierre de playas en periodo estival por la aparición de bacterias fecales. ¿Ha desarrollado ya alguna acción, o va a esperar al verano y a que los comerciantes y usuarios se vean de nuevo afectados por el cierre de playas para acordarse de que tenemos un problema?

Preocúpese por el abandono de barrios como La Punta que ha sido guetificado en su mandato. Preocúpese por el aumento de personas mayores sin atención en la ciudad, preocúpese por la inexistencia de viviendas asequibles para jóvenes.

Pensamos que València puede tener dos tipos de playas, las del sur y la del paseo marítimo, y no tiene por qué coincidir su concepto y modelo. Creemos también que teniendo la capacidad tecnológica de conocer las previsiones de temporales podemos tomar medidas puntuales que no alteren la naturaleza de la playa y que debemos apostar por modernizar y actualizar el paseo marítimo. Pero todas las acciones deben de reflexionarse muy bien, consensuarse con vecinos y hosteleros y luego, hablar.