Tras el anuncio oficioso de la suspensión de las principales celebraciones de la Mare de Deu, el Arzobispado de València confirmó ayer oficialmente la cancelación de la principal fiesta religiosa de la ciudad, que se viene celebrando el segundo domingo del mes de mayo. El motivo es el coronavirus y, por tanto, era una noticia esperada, aunque no todo se ha dado por perdido. Las misas se harán a puerta cerrada, habrá una procesión general en una fecha posterior y se aplaza también la «Dansà». Lo único que se pierde definitivamente es el popular traslado, pero en cambio, el Arzobispado ha ofrecido la posibilidad de sacar a la Peregrina en su Mare-Móvil y llevarla a los barrios y los hospitales más golpeados por la epidemia.

El obispo auxiliar, Arturo Ros, ha informado de esta decisión al Ayuntamiento de València, a través del Concejal de Fiestas, Carlos Galiana, al que le ha comunicado la suspensión de todas las celebraciones y actos públicos que supongan la congregación multitudinaria de fieles: la Salve solemnísima, Misa de Descoberta, Misa d´Infants, traslado, Misa pontifical en la Catedral, procesión, besamanos, y en definitiva, todos los actos que pudieran implicar la aglomeración de fieles.

No obstante, en la Real Basílica de la Virgen de los Desamparados, en las mismas fechas previstas pero sin actos públicos, se celebrarán algunas de los actos habituales a puerta cerrada, sin presencia de fieles». Es más, «sólo y cuando fuera posible, respetando siempre las indicaciones como hasta ahora, sería nuestra voluntad que la imagen peregrina de nuestra patrona fuera llevada en su Mare-móvil, con la colaboración de los Seguidores de la Virgen, para el traslado por diferentes barrios de la ciudad de València, acudiendo concretamente a los hospitales y zonas donde más se han sufrido las consecuencias de la pandemia. No obstante, es un deseo expresado, y que dependerá de la autorización de las autoridades gubernativas», precisó Arturo Ros.

Asimismo, el obispo auxiliar recordó que en la última reunión virtual del cardenal Antonio Cañizares y el alcalde Joan Ribó, acordaron continuar el seguimiento de la evolución del estado de alarma para señalar posibles fechas para la celebración de la solemne procesión general por su recorrido habitual y la tradicional «Dansà», siempre y cuando nuevas circunstancias así lo permitieran.

Coordinación

Por su parte, Carlos Galiana ha explicado que desde hace semanas ha habido un diálogo fluido entre el ayuntamiento y el Arzobispado en relación con estas celebraciones en honor a la patrona de la ciudad y, «a pesar de que la inmensa mayoría de los indicadores apuntaban hacia una probable suspensión de los actos festivos, hemos querido ser prudentes y anunciarlo sin precipitaciones cuando fuera algo ya seguro y el calendario lo aconsejara».

El edil ha reiterado al representante de la Iglesia la voluntad del Ayuntamiento de recuperar algunos actos concretos cuando el Arzobispado lo estime oportuno, como por ejemplo la «Dansà». Con esa idea se ha mandado un tutorial a las falleras mayores para que vayan practicando.