Apenas unos días después de que las concejalas Lucía Beamud y Elisa Valía la visitaran, después que el ayuntamiento sea ya el propietario de la totalidad de la parcela, han empezado las obras en la Trilladora del Tocayo. Las máquinas han entrado para fortificar la fachada principal de la vivienda. Es la parte del complejo agrupecuario que precisa una actuación integral, puesto que no tiene ya prácticamente ni techos, ha perdido el suelo de la primera planta y desentona con el resto de la singular obra. Las labores en el balcón, el dintel y una bajante son necesarias precisamente por el hecho de que el espacio estará abierto al público. «Pedimos una supervisión a los técnicos municipales. Nos dijeron que, en lo que es exterior, está bien, pero que era conveniente asegurar esos elementos» asegura el alcalde, Ernesto Peris. «La parte inferior era la vivienda del casero y la superior, la del propietario de la trilladora».

La Trilladora del Tocayo consta de varios módulos y pasa a ser un espacio de uso público muy especial para los habitantes del Palmar. Incluye un campo de arroz urbano, una campa, en la que actualmente hay un aparcamiento, el embarcadero público y la construcción propiamente dicha. Ésta, a a su vez, tiene tres grandes bloques: el gran salón en el que se recepcionaba el arroz para su trillado; el ingenio, las tolvas y el sistema por el que se separaba la paja del grano y ésta se secaba, y por último la vivienda.

Tal como se aseguró la pasada semana, tras la visita de las dos concejalas, durante el mes de septiembre va a empezar un proceso participativo para que sean los propios vecinos los que sugieran qué usos se le quiere dar al espacio, incluyendo la vivienda, para la que se pedirá la reconstrucción, sea de una o dos plantas. La Trilladora ha pasado a ser íntegramente de propiedad municipal, tras adquirir al dueño de los terrenos su parte por un valor de 1,5 millones de euros. Si embargo, antes de que llegue eso hacía falta asegurar los elementos más sensibles.