Las excavaciones en el monasterio de San Vicente de la Roqueta han llegado a su fin sin encontrar los restos del mártir, que era el objetivo último de estos trabajos. Todo lo que se ha encontrado es de origen medieval, posterior a la conquista de València por el rey Jaume I (1238), quien mandó levantar un templo en honor de San Vicente al ser el único mártir valenciano en aquello época y haberle ayudado, según creía, en la conquista de la ciudad. Anterior a esa fecha, casi no se ha encontrado nada. Todo parece indicar, incluso, que el sarcófago de zinc localizado en las excavaciones de los años 80, datado en la misma época del martirio de San Vicente (año 304 después de Cristo) es un elemento aislado vinculado a la antigua Vía Augusta. Se mantiene, por tanto, la incógnita sobre el enterramiento del santo, unos restos en los que el mundo vicentino tenía mucho interés por tratarse del origen de la iglesia valenciana y el patrón de la ciudad. De revelar el resultado de estas excavaciones se encargaron ayer el alcalde de València, Joan Ribó, y la vicealcaldesa, Sandra Gómez, que visitaron las excavaciones y certificaron la finalización de las mismas. «En la primera legislatura hicimos la consolidación de la estructura, que estaba en muy mal estado, y luego se hicieron las catas arqueológicas para ver si aparecían los restos de San Vicente y otros temas», recordó el alcalde, quien confirmó que finalmente «ha aparecido lo que ha aparecido». «Está claro que esto (el monasterio) es muy posterior a todo el martirio de San Vicente, pero queríamos hacerlo. Y quiero destacar -añadió- que un gobierno progresista ha hecho la excavación y ha consolidado San Vicente de la Roqueta, cosa que otros gobiernos anteriores no se han molestado en hacer». Para Ribó era importante saber «lo que había y lo que no había» y «ya está claro». «Ahora queremos hacer un estudio del espacio que tenemos aquí para ver los usos», señaló. En la parte de abajo se hará, según confirmó, un espacio multiusos para todo tipo de actividades y también un espacio para las organizaciones vicentinas, que han pedido reiteradamente que todo el complejo se dedique a la figura del mártir. Y en la parte de arriba, donde hay 2.000 metros cuadrados, se estudiará el uso que se le va a dar. «No hay nada decidido», precisó Ribó.

Únicamente descartó la instalación de la Academia Valenciana de la Lengua. Según dijo, hubo contactos con ellos y desecharon la oferta, «por tanto está totalmente descartado». «Queremos darle un uso cultural, eso está claro, pero aún no lo sabemos», sentenció. Por su parte, la vicealcaldesa, Sandra Gómez, destacó la puesta en valor del edificio y del patrimonio de la ciudad. Recordó que la inversión de la excavación ha sido de 400.000 euros y que los trabajos se han prolongado por espacio de diez meses. Ahora, dijo, toca buscarle un uso al edificio, «porque hay que tener en cuenta que cada euro que invertimos es para dar un servicio a la ciudad». Una vez constatado que en las excavaciones de la Roqueta no han salido los restos de San Vicente Mártir, la pregunta obligada era ¿qué se ha encontrado en estos diez meses?. Y la respuesta la dio el arqueólogo del Ayuntamiento de València Vicent Escrivà, que dijo que apenas hay restos de época romana, visigoda o islámica. Desde luego, no ha aparecido el templo constantiniano que supuestamente se levantó en este punto tras el martirio. Todo lo que se ha encontrado, o la mayoría, se remonta a la conquista de la ciudad en 1238 y años posteriores. Desde el punto de vista monumental, lo más destacado son los restos de un templo medieval y de una portada posterior de época tardorománica, que ha sido recuperada en su integridad. En cuanto a los objetos encontrados, hay monedas, esculturas y elementos del altar destruido en la Guerra Civil. También hay, según el arqueólogo Fernando Cotino, dos importantes colecciones de cerámica de los siglos XV y XIX, un suelo del XIX también y un sello de plomo (bula) que se concedía a quienes ayudaron a la construcción del convento de la Trinidad. Finalmente, Escrivà aseguró que se han encontrado 23 cuerpos y restos de 164 muertos, todos de los siglos XIV al XVII.