Tal como hemos visto con el General Elío, el callejero de València está aún lleno de personajes que probablemente no merecen el honor de figurar en él. Sin embargo, hay otras figuras de la historia que sí cuentan con una calle en la ciudad pero ésta no está a la altura del homenajeado. El mejor ejemplo es Manuel Azaña, seguramente el mejor político y estadista que ha tenido nuestro país, que más que una calle tiene un callejón en València.
La vía en cuestión está entre la grada central del estadio del Levante UD y el centro comercial Arena, en el barrio de Orriols. Es un vial cerrado al tráfico y sin apenas tránsito de peatones excepto los días de partido del equipo granota. Fue el gobierno municipal del PP dirigido por Rita Barberá, allá por el 6 de mayo de 2014, el que la rotuló en honor al presidente de la II República. De tapadillo, sin ningún acto oficial ni ninguna cortinilla que descorrer. Probablemente porque el PP no se creyó nunca eso de la València capital de la II República por mucho que Azaña fuera un hombre de perfil conservador, un demócrata y un patriota convencido.
Es una pena. Sin embargo, pronto se van a cumplir 7 años y aunque ya hay un gobierno progresista en València nadie ha reparado la imagen de Azaña ni el agravio que supone este callejón sin salida para su figura. Matías Alonso, coordinador del Grupo Recuperación de la Memoria Histórica en València, es de los que opina que urge dedicar una plaza como merece a este hombre que durante unos meses dirigió España desde el cap-i-casal.
