El concurso de ideas de la plaza del Ayuntamiento del que saldrá el que se espera diseño definitivo de la «plaza mayor» de València abre la puerta a una peatonalización total, del cien por cien, de este espacio, esto es, la supresión del transporte privado y público en toda la plaza, por donde desde hace un año solo circula ya una única línea de autobús, la C1, y donde solo se mantiene abierto al tráfico privado el eje Azzati-Marqués de Sotelo y Lauria. Así lo recogen las bases del concurso de ideas para la reforma de la plaza del Ayuntamiento que ha empezado a tramitar el gobierno del Rialto y que ayer presentó la concejala de Desarrollo Urbano y vicealcaldesa, Sandra Gómez.

Según las bases, los despachos de arquitectura, ingeniería y paisaje que opten al diseño de la plaza del Ayuntamiento podrán revisar la ordenación del transporte público. Todo ante las críticas que ha recibido por infrautilizada la línea circular C1, una de las grandes apuestas de la Concejalía de Movilidad para sacar el coche privado y descarbonizar el centro de la ciudad. La peatonalización integral supondrá además la eliminación del aparcamiento para motos de la plaza así como la circulación de los taxis.

«El criterio general será dar prioridad a la movilidad peatonal a costa del espacio dedicado al tráfico» y dar continuidad a los recorridos peatonales con la plaza de la Reina, a través de la calle San Vicente (que si se suprime la C1 quedaría liberada totalmente de tráfico) y el entorno de la Plaza Ciudad de Brujas y Mercat.

La plaza del Ayuntamiento ha sido, hasta ahora, dijo Gómez, una gran rotonda donde el 70% del espacio estaba cedido al coche. Salvo periodos festivos ha sido una «no plaza».

Las obras de peatonalización en Reina y Brujas-Mercat estarán acabadas a mediados del próximo año. La reforma de la plaza del Ayuntamiento tardará más. «Es un proyecto a largo plazo», destacó ayer la concejala de Desarrollo Urbana y vicealcaldesa, Sandra Gómez. La redacción del proyecto se hará a lo largo de 2021 y buena parte del 22. El proyecto, que deberá pasar otro proceso de participación ciudadana sobre las propuestas (ya hubo uno previo en 2019). Se espera que las obras estén listas para licitar entre 2022 y 2023. Unos plazos que no impedirán, subrayó Gómez, que «mientras, no se pueda hacer alguna mejora» en una intervención provisional a base de pintura y maceteros muy cuestionada.

El presupuesto máximo estimado para la ejecución de las obras es de 8,6 millones de euros con un plazo de ejecución de obra máximo de 24 meses, el doble que Reina y Brujas, pese a no tener la complejidad de un aparcamiento subterráneo.

Con esta remodelación el gobierno municipal da un paso más en su proyecto de «València ciudad de plazas». Las bases del concurso se dan a conocer un año después del cierre al tráfico y la reordenación del transporte público en esta céntrica plaza, cuyo uso e imagen está muy condicionada a su carácter institucional y a la celebración de eventos festivos como las mascletaes. Los criterios de valoración de las propuestas serán la calidad global tanto a nivel funcional como arquitectónico, patrimonial, paisajístico y ambiental. Además, se deberán tener en cuenta las afecciones arqueológicas, como la presencia de los restos del antiguo convento de San Francesc, que en su día ya echaron atrás proyectos como un aparcamiento subterráneo.