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València de dos velocidades

La federación de vecinos y otros colectivos de Zaidia, El Carmen, la Malva-rosa, Orriols o Penya-roja critican que las inversiones del gobierno municipal sí se han ejecutado con celeridad en el centro histórico pero no se materializan en los barrios periféricos

Imagen de archivo de la masiva manifestación celebrada en octubre del año pasado en la Malva-rosa. | FRANCISCO CALABUIG

En apenas 7 años y con un coste de 20 millones de euros se ha ejecutado el proyecto de remodelación de 5 plazas en el casco histórico de València, lo que ha producido profundos cambios en la ciudad. La nueva postal de València, que deja para la posteridad imágenes tan impactantes como la recién inaugurada plaza de la Reina o la reformada plaza del Ayuntamiento, llenas de público, contrasta con otras zonas del término municipal donde los residentes se sienten agraviados al observar que las intervenciones públicas sí llegan con mayor urgencia y rapidez al centro de la ciudad, creando una «València de dos velocidades».

Esta crítica de que existen dos Valencias bien diferentes, la del centro y la de la periferia, la transmiten colectivos vecinales de la Zaidia, el Cabanyal, la Malva-rosa, El Carmen, Penya-roja y Orriols, por citar algunos ejemplos. Y choca con el discurso del alcalde Joan Ribó y de la vicealcaldesa Sandra Gómez, que tantas veces defienden que las grandes inversiones también llegan a los barrios.

«Las zonas céntricas tienen más servicios que las periféricas»

Concretamente, la presidenta de la Federación de Asociaciones Vecinales María José Broseta asegura que las zonas céntricas «cuentan con más servicios, mientras los barrios periféricos en general tienen menos dotaciones».

La rapidez con la que se ha llevado a cabo la reforma de las grandes plazas y la falta de infraestructuras en otros barrios del término municipal generan una sensación de frustración en muchos barrios y pedanías ya que las inversiones presupuestadas no acaban de materializarse. Además, es una cuestión que viene arrastrándose desde hace años como viene denunciando la Federación de Asociaciones de Vecinos de València.

Los barrios seguirán reivindicando que las ayudas les lleguen por igual: «Siempre lo hemos hecho y seguiremos haciéndolo», argumenta María José Broseta.

«Tenemos una mini-biblioteca y seguimos sin polideportivo»

La portavoz de Orriols en lucha Mari Carmen Tarín, por su parte, asegura que Orriols ha sido un barrio «que históricamente ha estado abandonado por las diferentes administraciones, así que es un problema que viene de lejos».

La falta de instalaciones deportivas, sociales y culturales es un programa heredado de los gobiernos encabezados por Rita Barberá, que no han sabido atajar los equipos de Compromís y PSPV.

Por este motivo, Orriols en Lucha considera que se necesita trabajar «de forma trasversal». Como ejemplo de algunas carencias que hay en el barrio , esta portavoz critica las escasas prestaciones de la biblioteca que hasta el mes de julio «estaba en un local alquilado que no reunía condiciones». Mientras, los vecinos solicitaban sin éxito el edificio de l’Alqueria d’Albors para un «centro social autogestionado», que está lejos de ser hoy una realidad.

«Al final -relata Tarín- la biblioteca se ha reinstalado en la alquería, pero donde teníamos una de 200 metros ahora tenemos una de 80. Por ende, ese edificio lo habíamos solicitado para otras finalidades y ahora tenemos una mini-biblioteca donde no hay ni una sola sala de estudio», lamenta esta portavoz.

En esa línea, Orriols en Lucha alerta de que los jóvenes del barrio no cuentan con un espacio donde realizar sus tareas y carecen de cualquier tipo de instalaciones deportivas: «Está el polideportivo de Orriols pero es de gestión privada, estamos solicitando algo básico: zonas deportivas abiertas. Lo hemos pedido a todas las instancias y en los Presupuestos Participativos cada año nos lo niegan», indica.

El resultado, como han reclamado en las numerosas manifestaciones que han efectuado durante el pasado ejercicio, es que las familias jóvenes del barrio se marchan en busca de otras barriadas con más oportunidades y sin los problemas de drogas y okupaciones que hay aquí.

«Hay falta de limpieza en parques y contenedores»

Por su parte, Amparo Vidal, portavoz de la Asociación de Vecinos San Antonio Zaidia, explica que las nuevas dotaciones han dejado al margen a los barrios de San Antonio, Morvedre y Tormos, donde los vecinos han denunciado en reiteradas ocasiones «la falta de limpieza en parques y contenedores, así como las carencias en la poda de árboles ».

Los pasos de cebra que dan al Colegio Luz Casanova, continúa esta dirigente vecinal, «están hechos polvo, nos quejamos y esperábamos que hicieran un asfaltado decente». Sin embargo, lo único que hicieron fue «parchear», así que «está peor de lo que estaba».

La misma fuente comenta que se ha vuelto «a presentar una queja» por el acceso peatonal situado frente al centro escolar, que sigue deteriorado.

«El centro de salud acumula quejas desde hace años»

José Tárrega, portavoz de la Asociación Vecinal de Penya-roja, menciona que tanto los sindicatos como los propios trabajadores del Centro de Salud de Trafalgar «llevan años denunciando que la media de pacientes por médico es de un mínimo de 45 diarios». Concretamente, este centro de salud comprende los barrios de la Creu del Grau, Camí Fondo y Penya-roja con una población de 32.357 habitantes para los que el centro dispone de 14 médicos de familia y 5 médicos especialistas en pediatría . «Nuestra intención es que Camí y Penya-roja tengan un área de salud diferente», relata este dirigente vecinal. Además, el centro «tuvo un desprendimiento de parte de la fachada porque es muy antiguo y los mismos funcionarios se han quejado en muchas ocasiones de que los sistemas de refrigeración del centro están obsoletos», explica Tárrega.

Respecto a la Alquería del Tenis, la AVV de Penya-roja denuncia que desde que se anunció que se iba a rehabilitar para acoger un centro cívico para el barrio, el edificio ha continuado abandonado: «Los vecinos propusimos en Decidim VLC que se rehabilitara la Alquería de la Calle Asturias y nos reunimos con la concejala Luisa Notario, quien aseguró que se iba a licitar, pero a día de hoy no sabemos cómo está el tema y eso se está cayendo a pasos agigantados».

A esto se le añade la falta de cuidado y reposición que ha llevado a que el barrio esté lleno de alcorques vacíos, sostiene: «La concejalía nos reconoció que había un 7% de árboles talados. Al menor síntoma de que un árbol no está bien lo cortan y ni siquiera lo reponen», comenta.

«No descartamos movilizarnos en los próximos meses»

L’Associació Veïnal de la Malva-rosa realizó una consulta popular para conocer la opinión sobre las demandas por un barrio digno. Como informó a finales de julio, en la Malva-rosa, «tenemos una serie de carencias fruto de las necesidades de un barrio obrero como el nuestro, muchas veces abandonado por las administraciones, y que están agravadas por el mercado de la droga».

Por ello, los portavoces de Amics de la Malva defienden que hace falta «una intervención integal que impulse infraestructuras para el barrio». Por eso, estarán pendientes del estudio que ha encargado el ayuntamiento sobre «Casitas Rosas», «que podría ser un importante paso adelante en la mejora del barrio». Es fundamental la participación de la asociación vecinal y de los vecinos, reivindican.

En el plano negativo, la comisión sobre la Malva-rosa, creada por el ayuntamiento tuvo una única reunión en febrero y los vecinos «reivindicamos su continuidad». «Somos conscientes que sin nuestra movilización estos pequeños pero importantes avances no habrían sido posibles», añaden. Por eso, «y porque necesitamos una intervención integral en el barrio», que incluya a las Casitas Rosas, dotaciones de servicios públicos, educativos y culturales, «no descartamos la movilización en las calles en los próximos meses en defensa de un barrio digno y habitable».

«Se está invirtiendo en el turismo, no en los vecinos»

El portavoz de Amics del Carme Toni Cassola apunta que las inversiones «han llegado» pero «no se está invirtiendo en los vecinos, sino en el turismo, en que la ciudad sea monumental y atractiva».

En este sentido recuerda que la prioridad de los residentes del centro histórico «es que se acabe con la vivienda turística y se controlen los solares».

Amics del Carme ha insistido en reiteradas ocasiones en el descontrol de la ocupación del espacio público en el barrio, con terrazas que no cumplen las normativas, así como en el problema de la prostitución muy localizado en unas calles de Velluters.

Sigue adelante con la vía judicial para declarar la ZAS

Las directivas de las Asociaciones Vecinales de Plaza Honduras y Adyacentes y Ciutat jardí se reunieron a finales de julio con la concejala de Espacio Público Lucía Beamud. Al acabar el encuentro anunciaron que seguirán adelante con su plan para conseguir implantar la ZAS por la vía judicial en ambos barrios. Eso, porque no ven satisfactorias las medidas que ha implementado el gobierno municipal para acabar con el botellón y con el incivismo que generan los clientes en las terrazas, como reducir más de un 50% la superficie para los hosteleros en el espacio público.

Los 26 millones en fondos europeos no acaban de ejecutarse

El barrio del Cabanyal-Canyamelar es otro punto de la ciudad en el que los vecinos han comenzado a protestar por el problema de la proliferación de terrazas en el espacio público, recientemente recuperado para los peatones. En sus medios oficiales, la AVV habla de «un incipiente problema» en este tema. Otra vieja reivindicación de los residentes es que el ambicioso programa de inversiones europeas, que tenían que llegar al barrio, por la vía de la Edusi, se ha atascado en la tramitación administrativa y se ha ejecutado en niveles muy bajos.

Por ejemplo, según datos del PP, a estas alturas del año aún quedan por materializar 26,4 millones de lo presupuestado para 2022. De los 30 millones de fondos europeos concedidos hace 6 años, ha denunciado la concejala Paula Llobet, el ayuntamiento sólo ha ejecutado un 16,2%, mientras Alicante o Castelló tienen más de la mitad del plan materializado; y en Torrent o Quart de Poblet, el plan está casi terminado.

Con gran parte del centro histórico recién reformado y el malestar ciudadano representado en el incremento de reclamaciones al ayuntamiento, los propios residentes han creado la expresión la «València de las dos velocidades», denunciando que las inversiones no llegan con la misma rapidez a todos los barrios y pedanías de la ciudad.

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