El ayuntamiento no descarta no hacer una réplica de la "senyera", sino dos, si los costes son asumibles. Es una de las grandes novedades aportadas en la presentación de los trabajos previos que se han llevado a cabo como primer paso para la elaboración de una copia que permita "descansar" ya a la réplica de 1928 y que, tras haber pasado por cuatro restauraciones, dos de ellas recientes, se considera ya necesario convertirla en pieza histórica y elaborar una nueva bandera para las próximas generaciones. "No le quedaba casi vida útil" asegura la concejala de Patrimonio, Gloria Tello. "La restauración del año pasado mejoró mucho, pero había que abordar ya la cuestión de la réplica".
Esta réplica será el resultado de un estudio forense no de la bandera de hace cien años, sino de la histórica de 1545. De la misma se tomaron muestras en unas condiciones de trabajo muy complicadas -hubo que instalar un "cadafal" en el interior de la vitrina, pero que se han sustanciado en la identificación tanto de técnicas como de tipos de tejido y los pigmentos utilizados para el tintado.
A partir de ahora, la elaboración de la nueva "senyera" no será inmediata, sino que se va a llevar a cabo una batería de consultas a artesanos para ver la viabilidad de conseguir la réplica absoluta del modelo del Siglo XVI. Por lo que respecta a la cimera también se considera la necesidad de emplear técnicas tradicionales y huir de la impresión en 3D.
"Hay que tener en cuenta que, en quiniendos años, han desaparecido técnicas, pigmentos... que ahora debemos consultar si se pueden mantener". Y en ese contexto se considera que "el proceso ha sido tan complicado y costoso, que merece la pena plantearse si, ya puestos, hacemos una o dos. Desde que se hizo la de 1928 se ha restaurado cuatro veces. Se dañan mucho. Si el coste es razonable, quizá valdría la pena hacer dos. Una costodiada y otra que itinere. Y que en caso de daño, se pudiera reponer".
El análisis de la "senyera" primigenia ha permitido encontrar que ésta tiene cuatro colores básicos: rojo y amarillo de las barras, azul grisáceo de la franja y verde en las imitaciones de joyas. Los tintes para cadauna de ellas son cochinilla (obtenida del insecto del mismo nombre), gualda (de la planta del mismo nombre), indi (también de una planta) y una mezcla de gualda e indi, respectivamente. También se ha identificado la composición química de los elementos metálicos del tejido y se ha hecho una prueba de color con los tintes naturale sidentificados sobre seda para servir de patrón.
Otro de los datos que ha trascendido es el peso del facsimil, la obra de 1928 utilizada hasta ahora, realizada por Sanchis Romero de quien se considera que "hizo una gran réplica, pero cuando se analiza se ve que no es una réplica absoluta", que es lo que ahora se persigue. En concreto, pesa "nueve kilos", de los que 1,8 son de la tela propiamente dicha. (más 2,2 kilos de la parte superior del palo, 1,8 de la inferior, 2 de la cimera y 1,2 de cordones y borlas).
Sobre la ligereza se ha destacado precisamente el concepto de que "lo complicado de la senyera no es el peso, ni el peso del palo, sino la distribución del mismo, que la hace inestable, porque se concentra en la parte superior. Por eso ha de estar bien contrapesado".
Gloria Tello no ha establecido fechas para la finalización del proceso, aunque todavía se prolongará y será objetivo de la próxima legislatura.
