Entrevista | José Vicente Herrera Comisario Jefe de la Policía Local de València

"No podemos tener una Policía Local con cara amarga"

«Contamos con 1.600 agentes pero necesitamos 2.000 para atender todos los servicios; y también 200 civiles, para tareas administrativas», afirma el alto mando policial

José Vicente Herrera, jefe de la Policia Local de València, en la sede central.

José Vicente Herrera, jefe de la Policia Local de València, en la sede central. / M.A.Montesinos

José Miguel Vigara

José Miguel Vigara

El comisario jefe de la Policía Local de València José Vicente Herrera nació en Onda en 1960 y atesora un amplio currículum profesional. Licenciado en Derecho, entró en el cuerpo como oficial con 33 años y de ahí se marchó a Madrid con Juan Cotino como jefe de gabinete de la Dirección General de Policía. Tras varios destinos en la capital madrileña y en València, Rita Barberá lo recuperó como comisario jefe. Joan Ribó lo mantuvo tras la jubilación de Pepe Serrano. También ha sido dos veces subdelegado del Gobierno -con Carmen Mas y Juan Carlos Moragues-, con ejecutivos en Madrid del Partido Popular. En abril de 2025 se jubilará, a no ser que cambie la normativa estatal, pero sus planes de futuro no quiere desvelarlos. «No quiero jubilarme porque estoy en mi mejor momento profesional y aún quedan muchas cosas por hacer en la ciudad».

 Ha trabajado usted con PP, Compromís, PSOE... con Rita Barberá, Joan Ribó, Sandra Gómez, ahora Mª José Catalá, ¿es usted un superviviente?

Me llevo bien con todos. Algunos dicen que soy un superviviente, pero yo le llamo ser leal. Yo podré estar de acuerdo o no con las políticas públicas que se desarrollan, pero la lealtad institucional va por encima de todo. Los funcionarios, y más los de alta cualificación, tenemos que estar ahí. Mejor nos iría en España si nos creyéramos todos lo de la lealtad, digo de políticos y funcionarios. 

Una de las primeras medidas que tomó Catalá fue ratificarlo, ¿qué es lo primero que le encargó? 

Me pidió un balance de cómo estaba la policía y la ciudad, con respecto a la seguridad. Le sugerí algunas cuestiones, que eran fáciles de hacer en términos administrativos y que podían redundar en beneficio de los ciudadanos. Le expliqué las necesidades para que la policía vuelva a ser un referente de proximidad a los ciudadanos. También, me he entrevistado con las asociaciones de vecinos de la Federación, y todas, absolutamente todas, lo que quieren es una policía próxima a los ciudadanos. Y a ese objetivo es hacia dónde vamos. Y la alcaldesa me pidió eso: ¿Qué debíamos hacer para que esa policía fuera cada vez más próxima?. Que solucionase los problemas a los ciudadanos, que ejerciera una tarea preventiva evidente y que genere confianza en la ciudadanía.

 ¿Cuál tiene que ser el modelo de policía local de la tercera ciudad de España?

Nosotros no vamos a aspirar a competir cuantitativamente con otras policías de grandes ciudades como Madrid o Barcelona pero debemos estar en el grupo de líderes en cuanto a gestión y en cuanto a innovación. Innovamos en policía de proximidad, en cómo gestionamos los servicios y en europeos. En todas esas cuestiones nos fijamos ese objetivo de ser líderes. Pero la filosofía es la relación con la ciudadanía. No podemos tener una policía, de cara amarga, tenemos que comulgar con la sensibilidad ciudadana, subrayar lo preventivo y generar confianza.

Hace referencia a la policía de proximidad ¿van a reimplantar la policía de barrio?. 

La alcaldesa me lo ha puesto como deber y sí que me gustaría.

¿Y por qué se eliminó la policía de barrio? Porque era un instrumento que funcionaba muy bien...

Funcionaba muy bien porque , primero, los vecinos la conocían, la conexión funcionaba muy bien. Eso es fundamental. Segundo: solventaba problemas. Por ejemplo, la típica trapa de alcantarilla rota que llevaba 20 días sin arreglar. Pues el policía iba, tomaba nota y al poco tiempo se solucionaba. Esto generaba una sensación de prevención importante y después captaba muchísima información lo que policialmente es muy interesante. ¿Qué problema ha habido? Pues que se han ido jubilando los pioneros de aquella policía de proximidad, con el tiempo nos hemos quedado con poca gente. Los fines de semana no alcanzábamos a cubrir todos los servicios. Pero, si vamos solventando el problema de efectivos con la oposición para incorporar personal que tenemos ahora en marcha, mi objetivo y el de la alcaldesa sería completar el mapa de la ciudad con la policía de barrio allá donde falta. Porque allí donde funciona, sigue funcionando muy bien. Por ejemplo, en el barrio del Carmen. En marzo pasado vino el jefe de la Policía de París a visitarnos y me dijo que quiere implantarla allí.

¿Cuándo cree usted que estará esa policía de barrio en la calle?

Depende de dos cuestiones de esta última oposición que tenemos en marcha, que de hecho nos falta ya una última prueba, la de valenciano, para que entren 150 nuevos agentes a la plantilla. Ese es el objetivo mínimo porque son 107 plazas más la reposición de las 49 personas que se han jubilado. Esta cifra nos permitiría estar en un nivel de estándar de operatividad. Si ampliamos esas plazas, estamos en disposición de a partir de septiembre ir completando el mapa de esa policía de proximidad en los distintos distritos de la ciudad.

¿Como jefe de policía de València cuál esa es su gran preocupación ?

Tenemos un número limitado de efectivos y sigue existiendo en el imaginario colectivo que no hay ningún problema real que no podamos abordar.Por eso lo que más me preocupa es la gestión de recursos propios. Si tenemos menos gente y más servicios, no podemos abordar los diferentes problemas cuando hay algo verdaderamente importante que atender.

¿Actualmente cuentan con 1.600 agentes pero València necesitaría al menos, 2.000 ?

Si nos ajustamos exclusivamente a lo que dice la Ley Orgánica con 1600 tenemos bastante. ¿Pero qué pasa? Estamos haciendo más de 1500 detenidos, que es lo que hacemos nosotros de seguridad ciudadana. Para hacer eso, sí que hace falta una ratio como mínimo de 2,5 policías por mil habitantes, que es el objetivo de 2000 que comenté una vez y que me parece muy bien que se haya asumido como un reto propio por parte de la corporación actual.

¿Por qué no se incorporan más civiles a la Policía Local para hacer tareas administrativas y liberar a más agentes para la calle?.  

Es una de las peticiones constantes que hago yo a los políticos y que se la hice a la alcaldesa y ella está de acuerdo. Se necesitarían 200 civiles al menos porque eso permitiría liberar a otros tantos agentes. Por ejemplo, en Madrid, con 6.000 agentes, hay 800 funcionarios civiles. Por lo tanto, València con un cuarto de esa plantilla, necesitaría unos 200. Si liberásemos a todos esos policías, efectivamente no saldrían los 200 a la calle porque hay áreas sensibles, en la organización interna, pero sí la mayoría. Un buen ejemplo es la sala del 092, donde tenemos 16 civiles trabajando ya muy bien. Lo ideal es que la policía esté donde tiene que estar, en la calle.

En marzo, antes de fallas, estará actuando la nueva unidad antibotellón, la conocida como Unidad de Seguridad, Apoyo y Prevención (USAP), con sus identificativos propios, la boina, las botas...

En materia policial, los tangibles y los intangibles son importantes. Dentro de la familia, en el sentir policial, hay algunos tangibles, algunos aspectos externos, que parece mentira pero motivan al que los lleva. Vamos a arrancar con 130 agentes, en tres turnos, y el objetivo es llegar a 180: es una unidad potente. Entre sus funciones, por ejemplo, estará la asistencia a los mercados, para dar seguridad, ver que no haya productos falsificados, evitar que haya hurtos,... Esa es una tarea de las que tiene encomendada. 

Y luego la intervención ante el botellón y también en reyertas ...

Sí, habrá intervención, pero también con carácter preventivo. Hubo hace un año varios conatos de peleas en la plaza del Ayuntamiento. Eso al ciudadano que va al cine o que va de compras, pues le genera inseguridad. Esas peleas desaparecen con la presencia policial disuasoria. De hecho, estamos cubriendo eso y no se ha vuelto a repetir. En cuanto al botellón es un fenómeno común a Italia, Francia y a toda España. Pero es fundamental concienciar a la población, es una cuestión de civismo.

En cuanto al tráfico en la ciudad, recientemente se ha abierto Colón a los coches y se ha habilitado un nuevo giro por la Avenida del Oeste, y los buses de la EMT están entrando a la plaza del Ayuntamiento, ¿estos cambios son un problema para la seguridad vial?. ¿Generan más atascos?

 Estos cambios están bien hechos. La movilidad es más fluida. El hecho de estrangular algunas vías, lo que implica es mayor polución. Con los coches actuales, estas cuestiones se evitan. Y para la seguridad vial de los ciudadanos, no ha afectado para nada. Sí hemos tenido algunos problemas, sería tonto no reconocerlo, son las aglomeraciones en San Vicente, pero eso pasa cualquier día y más por el efecto llamada al centro que ha habido este año por las luces de Navidad. Y después, como usuario del Mercado Central, los vendedores están encantados con que los autobuses lleguen hasta allí porque antes había mucho turista de visita pero de ventas, nada. Mientras que ahora se vuelve a ver gente con su carrito de la compra lleno.

¿Cómo van a atajar la ocupación del espacio público peatonal por parte de patinetes y bicicletas?

El patinete y la bicicleta como tal, para la movilidad urbana, son muy buenos y más en una ciudad como València, que es muy llana. Es un instrumento fantástico. El problema está cuando invade el territorio de los peatones. Yo no lo sufro porque estoy a la expectativa pero señoras mayores, niños y otros colectivos, sí. Y es un problema, desde luego.

¿Es usted partidario de que bicicletas y patinetes lleven matrícula y seguro obligatorios, y que sus usuarios utilicen casco?

Sí. Soy partidario porque es la forma mejor de identificar las bicis, evitar que huyan. Lamentablemente tenemos que hacer controles en batería para poder parar e identificar. Y si se da la fuga, que pasa a veces, no podemos cogerlo. Pero pasa como en el botellón o en las peleas, si todos fuéramos cívicos los policías sobraríamos, pero por desgracia no es así. Por eso, una de las medidas que a nosotros mejor nos viene, ya sé que es cuestionable por expertos, es que las bicis tuvieran matrícula y se pudieran identificar.  

¿En el caso de los patinetes también?

El problema está la propia morfología de la bicicleta y del patinete. En un coche puedes poner una matrícula que se vea a 50 metros, en las bicicletas y patinetes eso es mucho más complicado.Pero el seguro obligatorio sí debería implantarse. Para proteger al propio usuario y a terceros. En el último año, de todos los accidentes que ha habido en València con patinetes implicados, el 87% han tenido algún tipo de lesión, bien para el propio usuario o para terceros. Por eso, es tan importante que tengan seguro.

Respecto a la bolsa de empleo, en el que comisarios descartados para el ascenso a principales han recurrido esta prueba, ¿el comisario jefe ha intervenido para favorecer a algún candidato?  

En absoluto. Además el procedimiento ha sido totalmente legal. El mismo proceso se hizo hace dos años. Hubo una persona que no estuvo de acuerdo. Y el juez dijo que el procedimiento era limpio, salvo en una cuestión. Se ha repetido con esa cuestión que era darle publicidad a la prueba. De hecho, estuvieron algunos representantes sindicales, y por tanto, hemos cumplido con las cuestiones previstas y juzgadas.

Herrera posa para Levante-EMV en la Sala 092.

Herrera posa para Levante-EMV en la Sala 092. / M.A.Montesinos

undefined

"En las Casitas Rosas, hacer derribos ayudaría a combatir la droga"

José Vicente Herrera es consciente de los problemas de delincuencia e incivismo en Malva-rosa, Russafa o El Carme. Pese a todo, València «es una ciudad segura como demuestran todos los indicadores oficiales».

-Orriols sufre ocupaciones, incivismo y tráfico de drogas. ¿Comparte ese diagnóstico?  

-Lo del narcotráfico no tanto. Ya sé que la gente que vive allí sufre, padece, pero lo que nos transmiten a nosotros las asociaciones de vecinos de allí es de satisfacción con lo que estamos haciendo. No estamos solventando todos los problemas, pero sí que estamos ahí de forma constante, estamos previniendo; estamos en contacto con los comerciantes y nos estamos coordinando muy bien con la Policía Nacional. En un modelo policial tan complejo como el español, la coordinación es la clave para garantizar la seguridad ciudadana. Tenemos muchas actuaciones en Orriols, como en la Malva-rosa, ... cito esos dos casos porque llaman más la atención a efectos mediáticos.

-¿A qué se refiere con ese modelo policial complejo?

-A ver, el ciudadano ve a una persona con uniforme de policía, y no tiene porqué saber que Policía Nacional tiene las competencias de seguridad ciudadana y de investigación de delitos, yPolicía Local de tráfico y de inspección de actividades. Pero cuando una persona se dirige a un agente hay que darle soluciones. A eso me refiero y por eso es fundamental la coordinación entre ambos cuerpos. Porque es lo que garantiza el éxito en las actuaciones

-¿Y en Malva-rosa qué más se puede hacer para atajar el problema de la droga?.

-En Malva-rosa hay un tema urbanístico. Una posible medida sería evaluar las Casitas Rosas y proceder a hacer derribos. Esto ya se ya se hizo, acuérdese con dos bloques, en los años 90, y bajó muchísimo el problema. 

-En zonas como Honduras, El Carme o Russafa hay numerosas quejas vecinales por las terrazas, sillas y mesas ocupan las aceras sin control, ¿van a adoptar medidas?

-Hay previsto un plan de inspección de terrazas. Estamos trabajando con licencias de actividades. En este tema, vendría muy bien aplicar algunas medidas. Primero, un QR identificativo en la puerta de cada establecimiento con el cual cualquier policía pudiera ver la autorización que tiene. Estamos trabajando en esa línea. Y segundo, la ocupación de espacio público. El local tiene una tarima y de ahí no te puedes salir, como se hace en Onda, pero eso supone un coste para las empresas y tampoco podemos gravar a los que generan actividad económica. Lo de pintado de terraza en su momento funcionó pero claro hay que hacer una llamada al civismo. No se está cumpliendo.

undefined