Más de 15.000 árboles en València están expuestos al colapso por los efectos del cambio climático

Parques y Jardines de València trabaja en la adaptación al calor del arbolado urbano

Las especies subtropicales se adaptan mejor pero los viveros no producen suficientes plantones

Los plátanos de sombra de las grandes vías son los que más sufren

Los trabajos retiran las ramas de la melia quebrada en la Plaza del Mercat el pasado martes

Los trabajos retiran las ramas de la melia quebrada en la Plaza del Mercat el pasado martes / Miguel Angel Montesinos

Claudio Moreno

Claudio Moreno

El aumento progresivo de las temperaturas como consecuencia del cambio climático obliga a las ciudades a actuar en muchos frentes. Algunos evidentes como el refugio estival de sus vecinos y otros no tan intuitivos como la sustitución de su arbolado. En el viario urbano de València hay más de 15.000 árboles no adaptados a la subida del calor. Del listado de 20 especies más frecuentes elaborado en el marco del Plan Verde de 2021, los que más sufren el clima actual son los plátanos de sombra (7.651), los arces negundos (4.259), la sophora japonica (1.571), el prunis ‘pissardii’ (1.343) y la falsa acacia (1.053).

Según explica Jaime Güemes, director del Jardín Botánico de la Universitat de València, un árbol como el plátano de sombra -abundante en avenidas y grandes vías de València- sufre estrés porque el calor es más intenso y el suelo no está suficientemente hidratado en verano; de modo que el árbol, que pierde agua por sus hojas, empieza un proceso de automutilación para desprenderse de ellas antes de tiempo. Antes lo hacía en octubre, ahora a finales de julio. Todo esto hace que el ciudadano pierda sombra y el propio árbol entre en un proceso de deterioro, secado e incluso incremento de la fragilidad por deshidratación con roturas inesperadas. «Quizás es lo que pasó con la melia en la Plaza del Mercat. Una rama es un peso que está sustentado por un punto de apoyo. Si este se vuelve frágil, no puede soportarla», dice Güemes. 

El riesgo de los árboles expuestos a un calor excesivo se puede ver en un gesto cada vez más frecuente. Parques cerrados en verano. El refugio climático convertido en una amenaza para las personas a las que debe proteger. En ese sentido, el biólogo ofrece dos reflexiones. Más que árboles en riesgo, habría que hablar de la peligrosidad para las personas que pasan por debajo. Es importante tener árboles sanos y bien seleccionados para que den servicio con total seguridad. La segunda idea va engarzada a la anterior: València necesita una estrategia informada científicamente y muy trabajada para acometer la sustitución de sus más de 15.000 árboles en riesgo de colapso, que si bien no son mayoría –la malla de arbolado viario está compuesta de unos de 86.250 ejemplares pertenecientes a 325 especies–, sí requieren esa transición desde un plano político, preferiblemente con todos los grupos implicados -es decir, sin partidismos- y en anticipación a un problema aún mayor. 

La iniciativa de readaptación al incremento de temperaturas ya ha comenzado en la delegación de Parques y Jardines, se han introducido ejemplares como los cercis o los ficus, pero la tala masiva y sustitución de árboles no es tan sencilla. Cuesta renunciar al servicio que actualmente proporcionan esos plátanos de sombra. Desde la captación de carbono a la reducción del ruido. Y luego está la demora de un mercado que no se ha adaptado a los nuevos tiempos. Tal como explica Ignacio Lacomba, jefe del servicio de Parques y Jardines, los viveros de la zona aún no se han lanzado a la producción de las especies subtropicales que empiezan a necesitar València, cuyo clima se va a alejando del adjetivo «mediterráneo». 

Es decir, en este arduo proceso de aclimatación están implicada la corporación, las universidades, las empresas y los ciudadanos, que han de facilitar la transición sin aferrarse a las alineaciones actuales; pero ni siquiera así existe el riesgo cero. «La melia de la Plaza del Mercado pudo tener una afectación interna que le generase pudriciones. Cuando se peatonalizó la plaza se retiraron de la misma alineación 21 melias y esta no se taló porque no ofrecía dudas sobre su estado. De hecho estaba vegetando. El aumento del calor también trae nuevas plagas. Los colapsos suelen ser multifactoriales y es imposible preverlos», dicen en Parques y Jardines. 

Un plan, diferentes nombres

Sobre la necesaria planificación del arbolado en València, Sergi Campillo, de Compromís, explica que su grupo llevó a la comisión de Parques y Jardines de enero una propuesta para elaborar un Plan Director del arbolado urbano con perspectiva climática. Pedía una hoja de ruta para reponer aquellos árboles que fueron plantados hace décadas en un clima que no es el de hoy. Pero PP y Vox votaron en contra y Campillo se lo recrimina: «Es una grave irresponsabilidad, si se niega el cambio climático no puedes tener soluciones», dice. 

Por su parte, la concejala socialista Elisa Valía denunció ayer en una visita a la plaza de la Reina que en el ágora se han secado una gran parte de los árboles plantados recientemente. Además, censuró a Vox que apenas haya ejecutado un 23% del presupuesto del OAM de Parques y Jardines, e incluso reveló que el gerente de este organismo ha desautorizado en público al edil Juanma Badenas. 

Pero lo cierto es que en Vox son conscientes del problema que acarrean las temperturas actuales y futuras y quieren elaborar su propio «plan ejecutivo» a partir de un inventario de especies y subespecies en la ciudad de València que se acaba de concluir. «No se pueden matar moscas a cañonazos. Veremos el censo de áboles y a partir de ahí actuaremos», señalan en el partido que regenta el área de Parques y Jardines, alejados de la oposición en las formas, no tanto en el fondo.