Los residentes de la finca agrietada en Orriols no podrán volver hasta el domingo

Los bomberos habilitan un dispositivo similar al de Campanar para que los vecinos puedan recuperar sus enseres

Todos los gastos derivados de los daños correrán a cargo de Metrovacesa, la promotora del edificio colindante

El domingo se harán nuevas pruebas para determinar si los vecinos del 208 de Avenida de la Constitución pueden dormir en casa

Los vecinos se interesan por el estado de sus viviendas

Los vecinos se interesan por el estado de sus viviendas / Loyola Pérez de Villegas

Claudio Moreno

Claudio Moreno

Los vecinos de las doce viviendas desalojadas en el número 208 de la Avenida de la Constitución por la aparición de grietas tendrán que dormir fuera de casa como mínimo hasta el domingo, día en que se les indicará si pueden regresar a sus hogares.

Hasta entonces, según a informado la alcaldesa María José Catalá a los pies de la finca de Orriols, los técnicos de Bertolín –la constructora de la finca colindante que ha originado las grietas– instalarán unos soportes de contención y harán catas en la estructura del edifico afectado para valorar la gravedad de los años y actuar en consecuencia.

Las obras que avanzan junto al edificio desalojado

Las obras que avanzan junto al edificio desalojado / Loyola Pérez de Villegas

Como ha explicado este periódico, el nuevo bloque de 50 viviendas con dos sótanos que se está levantando junto a la finca dañada pertenece a una promoción de Metrovacesa en la zona del llamado "agujero de la vergüenza". Después de que se derribara este tapón urbanístico de la calle Agustín Lara hace algo más de un año, dicha promotora empezó a promover un PAI con una zona verde –ya inaugurada– y una dotación de 200 viviendas, entre las que se encuentran las colidantes al 208 de Avenida de la Constitución.

Los vecinos de la finca afectada se muestran sosprendidos, porque en un año de movimiento de tierras no se habían ocasionado hasta ahora mayores molestias que la incomodidad del ruido y el polvo, y el administrador de la finca dañada, Juan Francisco Mañas, asegura que, ante la gravedad de las grietas observada en buena parte de las viviendas y especialmente en el gimnasio que disfruta del bajo, su socio y él preparan una querella contra las empresas implicadas en la obra.

Un protocolo como el de Campanar

Más allá de los trabajos técnicos, el ayuntamiento ha dispuesto un dispositivo similar al de la finca incendiada en Nou Campanar para que los vecinos puedan recuperar sus enseres. Hasta mañana a las 16 horas, los bomberos, con el mismo sistema de videollamada utilizado tras la tragedia de febrero, podrían recuperar todo lo que precisen los residentes de la finca desalojada. A partir de mañana también podrían entrar los propios vecinos acompañados de los bomberos una vez la estructura del edificio haya sido revisada y reforzada.

Además, la veintena de personas desalojadas –unas tres personas mayores y el resto son jóvenes y familias con niños, casi todos propietarios– podrán pasar lo que resta de semana con sus propios familiares, en el edifio municipal de Safranar donde fueron reacomodadas las víctimas de Campanar o en el hotel más cercano a Orriols de tal manera que la incidencia no les genere mayores problemas en el trabajo o el colegio de los menores. Todos los gastos derivados de estos daños estructurales correrán a cargo de Metrovacesa.