El 3 de julio de 2006 Valencia quedó paralizada. A la 13:03 de la tarde un tren descarrilaba en una curva cercana a la estación de Jesús. Dentro de él, 150 personas se desplazaban para ir a trabajar, volver a casa o .

43 pasajeros perdieron la vida ese día, incluido el maquinista y otros 47 fueron heridos.

Las unidades 3736 y 3714 de la serie UTA 3700 salieron de Plaza España en dirección Torrent y descarrilaron a escasos 50 metros de la entrada de la estación Jesús.

Los heridos y las víctimas se encontraban en el vagón delantero, ya que este se arrastró contra el muro lateral del túnel y sobre la vía.

El segundo vagón solo descarriló, por lo que no hubo víctimas mortales.

Entre las causas se barajó un posible atentado terrorista, ya que se esperaba la visita del Papa a finales de esa misma semana, pero el Gobierno Valenciano lo descartó de inmediato.

La asociación de víctimas reclamó en todo momento la falta de mantenimiento de las infraestructuras ferroviarias, y luchó porque se reconociese ante la justicia que no había sido culpa del maquinista.

El 27 de enero de 2020 la titular del juzgado Penal número 6 de Valencia condenaba a cuatro exdirectivos de Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana, declarados culpables de un delito contra los derechos de los trabajadores en concurso ideal con 43 delitos de homicidio por imprudencia grave profesional y 36 delitos de lesiones.