Los vecinos y vecinas de Orriols han tomado la zona más conflictiva del barrio, cacerola en mano, para lanzar un mensaje a los causantes de tanta tensión: pese a la frustración y el miedo, no dejarán de reclamar su derecho al espacio público. «Esta protesta es una reacción de repulsa a la quema de coches y contenedores de hace varios días. Queremos evidenciar que los vecinos no vamos a permitir este tipo de cosas. Que estas calles también son nuestras», dice Teresa Díaz, vecina del barrio e integrante de Orriols en Lucha.