Al adentrar en el Valle del Cuco se divisa el sobrecogedor castillo roquero de la población de Curiel de Duero, el baluarte más antiguo de la provincia de Valladolid, en la comarca de Campo de Peñafiel. En la actualidad un lujoso complejo hotelero se alberga en el interior del recinto.

Frente a él se encuentran los viñedos e instalaciones de Bodegas Comenge, elaboradora de algunos de los vinos más innovadores de la Ribera del Duero. Fue fundada por Jaime Comenge en 1999 y la dedicó a su padre, Miguel Comenge Gerpe, autor del tratado ´La Vid y los Vinos Españoles´ (1942), que se puede descargar desde su página web. Poseen 28 hectáreas de viñedo en los que desarrollan e investigan con novedosos sistemas de viticultura en cultivo ecológico. Y en la bodega interpretan la tecnología como un método para entender los procesos naturales del vino, sin utilizar componentes exógenos y correctores, bajo la dirección técnica de Rafael Cuerda.

Utilizan un método propio, desarrollado en colaboración con la Universidad Politécnica de Madrid, consistente en separar el mosto de los hollejos, que se conservan a muy baja temperatura, e implantan una determinada levadura seleccionada de su mismo entorno en el mosto, lo que les garantiza que esa sea la que fermente el vino, algo difícil de controlar habitualmente. Cuando arranca la tumultuosa se vuelven a juntar en depósitos de hormigón y se consigue, además, mejor extracción de antocianos y polifenoles, aromas frutales y color, armonía con una potente estructura, nos comenta Cuerda.

En sus orígenes comenzaron elaborando un solo vino, el Crianza, un tinto de Tempranillo con un pequeño toque de Cabernet Sauvignon que llamó la atención desde el principio por su personalidad de carácter frutal. Después vendrían el Familia Comenge Reserva, Tempranillo con 27 meses en barrica, de aroma intenso el de 2012 que mantiene todavía presente la fruta roja madura, tostados, recuerdo floral, notas balsámicas. Amplio en el paladar, elegante, sabroso, con amables taninos y notable equilibrio. Y el Don Miguel Comenge Reserva que solo hacen algunos años excepcionales, el de 2014 con un 10% de Cabernet Sauvignon y 20 meses barrica tiene una boca espectacular, se muestra aún más elegante y afilado. El más novedoso es el Jacobus 2012, un exclusivo Tempranillo con 5% de Merlot que ha pasado 30 meses en barrica y del que se han hecho 2.048 botellas. Aroma complejo, a fruta negra en sazón, tostados, sotobosque. Con un gran paladar en el que se muestra elegante con potencia, taninos amables y maduros, es sedoso, goloso, sabroso, con frescura y muy largo. Un vino elaborado sin sulfuroso que ha soportado tan larga crianza por el efecto antioxidante de sus lías finas. Magistral.