Llegar hasta la población de Urueña es fácil y cómodo yendo en coche por la A-6 (Madrid-La Coruña) tomando la salida 211 en la provincia de Valladolid, en plena comarca de la histórica Tierra de Campos. Pero en el siglo X había que andar con ojo avizor al recorrer estos parajes que fueron frontera entre los reinos cristianos y árabes para, a continuación, pasar a ser campo de batalla de las luchas de poder entre los monarcas de León y de Castilla. Pese a este convulso escenario la Edad Media fue una época de esplendor para estas tierras, llegando a reunir hasta cuatro monasterios en la seguridad del recinto amurallado de esta población. En la actualidad Urueña congrega apenas 170 habitantes que, en su mayoría, se dedican profesionalmente al cultivo de cereales y legumbres y a la ganadería de ganados vacuno y ovino para la producción de leche y a la cría de lechazo, uno de los platos estrella de sus típicos asadores.

En los últimos años Urueña ha resurgido de la paz del olvido al ser proclamada primera Villa del Libro de España (2007) gracias a un proyecto cultural y turístico que ha dinamizado la economía local con más de una decena de librerías, un Museo del Libro o el Centro e-Lea Miguel Delibes. Un pueblo que tiene más librerías que bares, algo inaudito, además de contar con el Centro Etnográfico Joaquín Díaz, el Museo de la Música Luis Delgado y diversas bibliotecas y fundaciones.

El frío y las heladas del invierno continental dan paso a la primavera y al verano que hace fructificar el viñedo que ha vuelto a plantar la familia Rodríguez León en la Heredad de Urueña. Esta es una finca con casa de labor rehabilitada y un total de 25 hectáreas de las que 15 son de viñedo, que comenzaron a plantar en 2008, único proyecto enológico de toda la zona. Cuentan con otra bodega en la DO Toro, Moisés Gran Vino, con viñedos pre filoxéricos, y en Urueña elaboran como Vino de la Tierra de Castilla y León bajo un concepto de viticultura y enología modernas, con la dirección técnica del enólogo Jesús Herránz. Uno de los tintos que hacen es el Fórum Tempranillo, elaborado principalmente a partir de uvas de cepas de clones de Tinta Fina, un vino amable, que recuerda a la fruta roja fresca. Otro es el Santo, con uva mayoritaria de clones de Tinta de Toro, un vino que evoca la fruta madura, casi compotada, con cuerpo y estructura. De la parte con más caliza de este terreno de fondo arcilloso sale la Cabernet Sauvignon con la que hacen el peculiar Exuberantya al que dieron ese nombre por la abundancia de aromas que desarrolla en la copa, un tinto, el de 2015, con 12 meses de permanencia en barricas de robles francés y americano. Es de color picota, de capa alta y tonos amoratados. Aroma intenso a frutillos negros maduros, con recuerdos a violetas, balsámicos, pimiento verde, tostados y especias. En el paladar es expresivo, frutal, carnoso, con frescura, taninos amables y notas de crianza bien integradas. Y es que la letra, con vino entra.