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La Asociación de Agentes Medioambientales ratificó ayer que existen más de 1.000 "paranys" preparados para la caza ilegal en la provincia de Castelló y que aproximadamente 800 de ellos se encuentran activos.

Dicha estimación es incluso más contundente que la difundida por el Grupo para el Estudio y la Conservación de los Estudios Naturales (Gecen) y Ger-Ecologistas en Acción, los cuales denunciaron la presencia de cerca de 1.000 paranys en los que operarán más de 2.000 cazadores.

Además, los agentes medioambientales confirmaron que, en las primeras 48 horas del inicio de temporada, ya han sorprendido a cazadores furtivos en varios municipios castellonenses y han interpuesto las primeras denuncias oficiales.

Los hallazgos de las inspecciones de los agentes de la Generalitat Valenciana contrastan con el reciente anuncio de la Asociación de Paranyers de Castelló (Apaval), que aseguró que ha dado orden a sus 2.500 asociados para que cumplan la ley y se abstengan de cazar con "parany" esta temporada; a la espera de que el Tribunal Constitucional emita sentencia sobre la legalización o la prohibición definitiva de esta modalidad cinegética.

Pese a las palabras de Apaval, la realidad es que los agentes responsables de proteger los espacios naturales castellonenses ya han constatado denuncias en municipios como l'Alcora, Sant Mateu, Cabanes, Sant Joan de Moró o Vila-real.

La mayor parte de las denuncias se han derivado de inspecciones nocturnas, dado que los "paranyers" han reducido a la mínima expresión su actividad durante el día, momento en el que existe mayor riesgo de miradas indiscretas o de inspecciones.

Al mismo tiempo, los agentes ambientales apuntaron que el endurecimiento del Código Penal y la presión de los grupos ecologistas ha multiplicado las precauciones de los "paranyers". "Muchos tienen el parany arreglado para la caza, pero es cierto que no están cazando. Parece que están a la expectativa comprobando si la presión de los agentes y de los ecologistas es mucha o poca. Lo cierto es que la presión de los ecologistas está funcionando y ha reducido en mucho los horarios de caza; pero no hay duda de que se sigue cazando", explicaron fuentes del colectivo.

El polémico debate sobre el "parany" alcanzó su punto álgido en 2009 cuando el Consell defendió públicamente esta modalidad y aprobó una nueva Ley de Caza autonómica con el ánimo de legalizar una práctica prohibida por sentencias del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJ), el Tribunal Supremo y el Tribunal Europeo. Todos ellos coinciden al señalar que es un método de caza masivo y no selectivo que puede provocar la desaparición de especies en peligro de extinción. Por su parte, el Gobierno consideró que la norma autonómica invade sus competencias y la recurrió ante el Tribunal Constitucional, que admitió el recurso y advirtió que el "parany" sigue estando prohibido hasta que se dicte sentencia.