La Generalitat Valenciana presidida por Alberto Fabra cerrará la legislatura en el año 2015 con un déficit de centros educativas que mantendrá a un mínimo de 2.700 escolares castellonenses estudiando en barracones, según una comparativa de datos facilitados por la Conselleria de Educación y por el sindicato UGT.

El Consell se ha comprometido a eliminar esta legislatura el 75% de las aulas prefabricadas de la Comunitat, pero Castelló seguirá siendo la provincia que quede en peor lugar y, en caso de cumplirse todas las obras prometidas, apenas llegará a reducir sus barracones en un 50%.

Así se desprende de los datos ofrecidos por la propia conselleria, que asegura que en 2014 se llevarán a cabo tres obras educativas en la provincia de Castelló, en Borriana, la Vall d´Uixó, y Vinaròs. La Generalitat reiteró ayer que no concretará el nombre del centro, pero el sindicato UGT estima que podría tratarse del colegio Cardenal Tarancón (300 alumnos en barracones), el IES Honori García de la Vall d'Uixó (800 alumnos en barracones) y el Jaume I de Vinaròs (450 alumnos en barracones).

En el más optimista de los casos, se sacaría de las aulas prefabricadas en precario a otros 450 alumnos si se añadiera la obra prometida en el Regina Violant de Almassora, la cual no está reflejada en el comunicado oficial del Consell, pero sí ha sido prometida por el presidente Fabra.

En este escenario, el Consell eliminaría antes de mayo de 2015 un máximo de 160 aulas prefabricadas de las 315 diseminadas a fecha de hoy en la provincia de Castelló. Esta medida equivaldría a sacar a 2.000 escolares de los barracones provisionales, pero aún dejaría a otros 2.700 escolares distribuidos en cerca de 150 aulas en precario en la provincia de Castelló, según datos facilitados por UGT.

Además, el aumento de ratios y la supresión de unidades es otra de las preocupaciones del sindicato UGT , Fapa-Penyagolosa y las asociaciones de directores de primaria y secundaria. Todos ellos advierten que el Consell podría pretender reducir parte de los barracones simplemente concentrando a más estudiantes en las clases y eliminando unidades, o incluso cerrando centros. De este modo, la estadística mostraría una supuesta reducción de los barracones, pero sin que se construyeran de forma real los colegios pendientes. Este es el caso del instituto Ximen d'Urrea de l'Alcora, donde para suprimir los barracones simplemente se ha eliminado el bachiller y se ha trasladado a los alumnos a otro instituto.