El parque Ribalta de Castelló acogió ayer el primer Festival de la Adopción, en el que las cuatro protectoras de la ciudad, Huellas Callejeras, Aspac, Manada Feliz y Hogar de San Antonio, se unieron para concienciar sobre el abandono animal y ofrecer a los asitentes la posibilidad de adoptar a alguno de los veinte perros sin hogar que se exhibieron durante la jornada. La mayoría son podencos, puros o mestizos, que fueron abandonados por cazadores. Su adopción es «complicada», explicó la socia fundadora de la protectora Huellas Callejeras, Nuria Hidalgo, debido a que estéticamente «no son perros atractivos para la gente». Sin embargo, «tienen un carácter noble, son muy cariñosos y les encanta jugar», lo que les convierte en compañeros ideales para familias con niños. El festival sirvió para dar a conocer a estos animales, que protagonizaron un desfile en el Ribalta, y, de hecho, muchos visitantes se interesaron por adoptarlos.
También desfilaron unos treinta canes con sus dueños para participar en un concurso que valoraba la obediencia, la elegancia y la simpatía de los animales. Además, los asistentes al festival participaron en una tómbola cuya recaudación íntegra se destinará a las actividades de la protectora Huellas Callejeras, la organizadora del evento.
Para completar la programación, a las 18.00 horas se llevó a cabo una charla bajo el título «Abandono, papel de las protectoras, adopción exitosa», a cargo de la educadora canina Elisena Mir. Además, también se celebraron espectáculos y talleres para niños, que lograron atraer al público familiar al festival de adopciones de Castelló.
