En el mercado invernal, el Castellón emprendió la enésima remodelación de la plantilla. De la defensa a la delantera pasando por los extremos, la dirección deportiva del club albinegro fue atendiendo las demandas de Kiko Ramírez, el técnico orellut. Por el momento, los refuerzos están dando la talla. Hombres como Juanfran, Arturo, Tariq y Ebwelle, incorporados durante el pasado mes de enero, están protagonizando los últimos éxitos del Castellón, que cotiza al alza en la tabla clasificatoria.
El ariete Tariq lleva cinco goles en los últimos tres partidos. Le costó arrancar. Debutó en el pinchazo en casa ante el colista Acero y estrenó titularidad en la derrota en el feudo del Ontinyent. En el último día de enero, el Castellón cayó a la quinta plaza, a nueve puntos del líder Saguntino. Desde entonces, los albinegros no han vuelto a mascar derrota.
Porque a la siguiente semana debutaron Arturo, Juanfran y Ebwelle. Los dos primeros como titulares y el tercero desde el banquillo. El Castellón ganó al Borriol y recuperó una senda positiva. Le tocó batallar en el campo del líder, el Saguntino, donde las bajas de Marenyà y Meseguer acentuaron el aire marcial del equipo de Kiko Ramírez. Fue sumando mientras se construía, sobreviviendo, antes de dar un hachazo al campeonato en una de las fases más duras del calendario.
Al empate en Sagunt le siguió una trabajada victoria en Castalia frente al Alzira. Emergieron los refuerzos. Entre el pie izquierdo de Juanfran y el hambre de Arturo fabricaron el primer gol, y Tariq se destapó como lanzador de faltas para anotar el tanto decisivo. En Vila-real, en el derbi provincial, de nuevo Tariq, con gol de penalti, y Juanfran, con la asistencia a Antonio, dejaron su huella.
El viernes contra el Muro, en el partido de Magdalena, el Castellón confirmó los nuevos tiempos. Al triplete de Tariq se unió el doblete goleador de Ebwelle, y las asistencias precisas de Juanfran. Arturo siguió forzando la maquinaria. Provocó un penalti y cometió otro. Con él, pasan cosas.
Por el camino, el Castellón ha ido recortando la distancia con los primeros, y ampliando la ventaja respecto a los perseguidores. La nueva reconstrucción de la obra de Kiko Ramírez ya es un hecho. Lo hizo al llegar apoyándose en la dupla Pruden-Meseguer, y lo ha vuelto a hacer, con un bloque más seguro de sí mismo, preparado para sufrir hasta el final del objetivo. Atisba por delante diez jornadas de Liga y un anhelo de ascenso en el play-off.
