El pasado no deja de dar sorpresas a quienes están dispuestos a prestar atención a los lugares en los que se produjeron los episodios más relevantes de nuestra historia, como pudieron constatar este fin de semana un grupo de vecinos de La Vilavella, que mientras participaban en las tareas de limpieza de unas trincheras de la Guerra Civil hallaron los restos de un nido de ametralladoras cuya existencia se desconocía hasta el momento, según aseguró la concejala de Patrimonio, Loles Orenga.

El hallazgo no fue del todo casual. Las personas que participaron en esta actividad son algunos de los vecinos que respondieron hace meses a la llamada de su ayuntamiento para crear el grupo de «Voluntaris pel patrimoni», una iniciativa puesta en marcha para dar respuesta a la inquietud de la gente predispuesta a «implicarse en la recuperación y puesta en valor de todo aquello que nos permite conocer mejor nuestro pasado».

Orenga asegura que, desde que este grupo se puso en marcha, «son muchas las propuestas de intervención», aunque se va actuando poco a poco con iniciativas puntuales como la que tuvo lugar este fin de semana. La convocatoria llegó a través de un chat de mensajería móvil que han creado los voluntarios, y en ella se les invitaba a realizar una limpieza de algunas de las trincheras en las que, en breve, se desarrollará un proyecto más ambicioso de recuperación de la memoria histórica. «La verdad es que la respuesta fue muy buena y nos juntamos un grupo de unas 10 personas», explicó la edila, que también participó en el desbroce del lugar escogido.

La sorpresa llegó cuando, acompañados por el arqueólogo José Albelda, pudieron constatar que entre las piedras desprendidas, los arbustos y los restos de ramas que se encargaron de retirar, se encontraba un nido de ametralladoras «que no teníamos identificado», por lo que la actividad tuvo una doble recompensa para todos los participantes. La sorpresa fue evidente porque, para la preparación del proyecto de recuperación de las trincheras «hemos pateado mucho la zona», pero ha hecho falta una intervención más concreta para sacarlo a la luz.

Por ello, Loles Orenga aseguró que esperan mucho del proyecto que se pondrá en marcha el próximo 3 de octubre, cuando un equipo integrado por tres peones contratados por el ayuntamiento, inicien las tareas de limpieza y recuperación de la línea XYZ a su paso por el término municipal de La Vilavella. Este proyecto, denominado «Camins de la memòria», formaba parte del programa electoral del Partido Socialista, aunque el equipo de gobierno lo asumió al considerar que con él se hacía justicia con una parte del pasado local dado que, como explicó Orenga, «el frente de guerra se detuvo en La Vilavella. En estas trincheras primero estuvieron los republicanos y después los franquistas, dejando vestigios de los dos bandos», de manera que con su recuperación «queremos crear un museo al aire libre, una recreación fiel de lo que sucedió, como un testimonio de todos los que participaron, de manera que se convierta en un punto de unión y no de separación».

Lo que en principio era una idea, pudo ampliarse al poder acogerse a una línea de subvenciones de la conselleria de Justicia, que ha permitido al ayuntamiento contratar a una empresa especializada que dirigirá esta intervención, que estará completada en el plazo de un mes. Al finalizar se organizarán excursiones, charlas y visitas guiadas para dar a conocer el trabajo realizado.

Orenga aseguró que en el término municipal, «existen cientos de metros de trincheras, incluso un pueblo desierto construido por los soldados en el que también queremos actuar más adelante».