Prohibido pasar por detrás de una portería. Corres el riesgo de recibir un pelotazo y sabes que la culpa será tuya. Es la media hora del patio en los colegios, ese momento en el que la zona de recreo se convierte en una sucesión de partidos de fútbol, incluso cuatro a la vez, y en los que para poder cruzar prácticamente hay que pedir permiso. El ocio del niño frente al de la niña, a nadie escapa que el fútbol sigue estando copado por el sexo masculino. La igualdad avanza firme en las aulas, pero tiene un campo enorme por delante en los recreos.

A principios de año el ayuntamiento, a través de la Concejalía de Igualdad, puso en marcha una iniciativa -Patios coeducativos- de camino incierto. Cambiar los hábitos en los colegios, en las familias, siempre es complicado. Tres fueron los colegios que se arriesgaron -El Pinar, Censal y Soler i Godes- y todos ellos apostaron por reconvertir los patios en algo más que dos porterías. Música, baile, juegos tradicionales... Había un mundo mas allá de la pelota.

El proyecto, lejos de perder fuerza, crece. La vicealcaldesa y concejala de Igualdad, Ali Brancal, anunció ayer que son ya 9 los centros que se han incorporado este año al programa: Sanchis Yago, Ripollés, Carles Salvador, Benadressa, Lluís Revest, Bisbe Climent, Blasco Ibáñez, Sebastián Elcano y Ramiro Izquierdo.

Brancal explica que se trata de «trabajar el patio escolar dándole las herramientas al profesorado para que pueda decidir en su escuela cómo quiere que sea el patio, siguiendo la continuidad del trabajo que hacen por la coeducación dentro de las aulas». El ayuntamiento participa de la mano de la ponente experta en igualdad, Sandra Molines, pero después es la misma escuela la que decide qué cambios le ha provocado haber asistido a estas reuniones. Las escuelas dinamizan este proyecto en las aulas siempre de forma asamblearia, contando con la opinión de los niños y niñas, y empiezan a introducir los cambios que creen oportunos convirtiendo el patio en la excusa para introducir la coeducación en la escuela. Además, también se dedica una sesión a formar a las familias en coeducación, porque si la escuela es coeducadora las familias tienen que ser conocedoras.

Debate en los colegios

La directora del CEIP Sanchis Yago, Laura Soriano, destaca que ahora están en una fase de reflexión y «la idea es distribuir el patio en diferentes zonas de forma que a los niños y niñas que los gusta jugar a juegos más activos tengan su espacio, pero aquellos que sean más tranquilos y se encontraban relegados en una esquinita del patio tengan también su espacio donde poder disfrutar de sus inquietudes». Soriano subraya el papel de Sandra Moliner, «espectacular» a la hora de enganchar a profesores y familias al proyecto. Laura Córcoles, coordinadora de igualdad y convivencia del CEIP Benadressa, Laura Córcoles, comenta que ya han redactado su proyecto de coeducación. «Empezaremos por que los alumnos coordinen qué es lo que quieren y lo que no en el patio para establecer espacios diferentes para que todos tengan lo que se merecen».Una de las novedades que aporta este centro es trabajar en la diversidad afectivo-sexual, por lo que están analizando «las mejores herramientas para abordar la situación».Por su parte, la coordinadora de igualdad y convivencia del CEIP Bisbe Climent, Consuelo García, avanza que aplicarán los patios coeducativos de manera progresiva. Así, de momento, se ha acordado que «los viernes se juegue sin pelotas en los patios, promocionando otro tipo de juegos.

Patios Coeducativos persigue dotar al claustro de los conocimientos necesarios en materia de educación para favorecer la eliminación de los roles y estereotipos de género. Además, busca incorporar medidas en los tiempos del patio escolar para que el uso del espacio y la tipología de juegos sea más equitativa y justa.